Para su elección episcopal, era vicario de la Parroquia San Vicente de Paúl, en Santurce, Puerto Rico

Monseñor Faustino Burgos Brisman es el primer obispo en las Antillas de la congregación de la Misión, y el trabajo misionero con los pobres y los enfermos es lo que identifica su carisma, tras seguir los ideales de su fundador, San Vicente de Paúl.
La sencillez y humildad de monseñor Burgos Brisman se pueden apreciar en una simple conversación o en el trato con las personas que lo rodean.

Burgos Brisman descubrió su vocación al sacerdocio cuando apenas era un niño, a la edad de los 8 años, cuando se encontraba en la capilla San Vicente de Paúl, en el barrio del mismo nombre en San Francisco de Macorís; y motivado por el sacerdote Juan Julián Díaz Catalán, ingresó a la congregación de los paúles.

¿Cómo fue que escuchó el llamado a temprana edad?
Mira, yo recuerdo que cuando tenía entre 8 y 9 años le dije a mi papá que yo quería ser como el que celebra la misa, pero el tiempo pasó; seguí yendo a la catequesis con las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, y cuando tenía 14 años llegó a la parroquia Santa Rosa de Lima, de San Francisco de Macorís, en el año 1974, el sacerdote misionero Juan Julián Díaz Catalán. En ese tiempo, las emisoras de radio les ofrecían a los padres media hora en la mañana para dar avisos o hacer una reflexión, y ellos aprovechaban para anunciarles a los campesinos, cuando el padre iba para el campo. Cuando el padre Díaz dio el aviso, mi papá lo escuchó y me dijo que había llegado un sacerdote que tenía interés de reunirse con los niños que querían ser sacerdotes: Me preguntó si quería ir y le dije que sí. De ahí en adelante, seguí yendo a las reuniones de aspirantes donde aprendí a leer la Biblia, latín y a conocer la vida de San Vicente de Paúl.

Hábleme de la congregación de la Misión.
Esa congregación llegó al país en el 1955, con el objetivo de ayudar espiritualmente a las Hijas de la Caridad, porque San Vicente fundó a los padres paúles y a las hermanas de la Caridad, pero ellas siempre han querido que un padre paúl les asesore y les guíe dentro del carisma vicenciano. Aunque nosotros fuimos fundados primero, ellas llegaron primero al país, por lo tanto hemos venido detrás de ellas para ayudarles.

¿Cuál es el carisma de los paúles?
El carisma de los vicencianos nace luego de una experiencia que tuvo San Vicente de Paúl con un campesino, a través del sacramento de la confesión. Luego de esa experiencia, dio un sermón sobre la confesión el 25 de enero de 1617, y fue tan bien escuchado que San Vicente de Paúl afirmó que ahí fue que Dios le dio origen a la congregación de la misión. Más tarde, en agosto de ese mismo año, lo envían a una parroquia; y antes de iniciar la misa, le dicen que en las afueras del pueblo hay una familia que se está muriendo de hambre y están enfermos, y justo en esa celebración el predicó sobre la caridad. Cuando las personas escucharon el sermón, les llevaron comida a esos enfermos. Luego, esa acción se convirtió en una obra y de ahí fue que nacieron las Hijas de la Caridad.

¿Qué proceso siguió usted cuando lo nombraron obispo, porque usted viene de una congregación?
Cuando uno se ordena le promete obediencia al obispo, al superior y al papa. Realmente, yo no sé qué proceso siguieron, solo sé que me llamaron, y fue para mí un momento difícil, porque cuando me dijeron que el Santo Padre me había elegido para ser obispo auxiliar, mi reacción fue casi de devolver lo que había ingerido, y las lágrimas me brotaban, no sé si de emoción o de angustia. Me fui a la capilla a orar desde las 6:45 de la tarde hasta las 9:00 de la noche, porque yo no sabía qué responder. Me quedé mudo, porque me dije: Yo no tengo la preparación como uno piensa que debe tener un obispo. Yo tengo los estudios elementales del sacerdocio: Filosofía, Teología, he hecho curso de espiritualidad, de estrategia en manejo de colegio y centros administrativos y he sido formado en el seminario nuestro, pero no esperaba que me escogieran como obispo auxiliar. De hecho, el encargado de negocio de la Nunciatura me preguntó que si lo esperaba, le dije que no, que era muy fuerte, y él me dijo: pues no me des la respuesta ahora, me llamas mañana. Me dio 24 horas. Lo que hice fue consultar con mi director espiritual, oré y casi 24 horas después de haberlo meditado, orado y consultarlo en espíritu en obediencia y humildad, lo llamé y le dije que acepto, y me dijo, como se esperaba, padre.

¿Usted continúa su labor con la congregación?
No. Yo sigo siendo paúl en espiritualidad, incluso sigo viviendo en la casa de los paúles, pero ya no tengo ninguna responsabilidad en la congregación, ni ella la tiene conmigo. Las vinculaciones son espirituales, porque ya yo me debo a la arquidiócesis.

¿Cuál zona le toca trabajar?
A mí me toca trabajar en la zona de Santo Domingo Oeste, y es la que menos conozco. Allí tengo que establecer las mismas funciones que tiene el arzobispado, desde oficina, archivos y todo. De hecho, ya hemos elegido allí el vicario de pastoral, el secretario y el tesorero, y mientras tanto como es un proyecto que se inicia, estamos reuniéndonos con monseñor Francisco Ozoria Acosta, de manera que vayamos conversando para ver cómo va el proceso. Ya me he reunido con los sacerdotes de esa zona para irlo conociendo. Allí tengo 29 parroquias y unos 29 sacerdotes.

¿Quién es monseñor Faustino Burgos Brisman?
Mira, yo me considero un sacerdote del pueblo llano, un misionero. Mi carisma estuvo encaminado en la misión y en el trabajo con los pobres. Me gusta bromear y estar siempre alegre. Es difícil verme con un rostro serio.

¿Qué espera usted de los feligreses de esa zona que le toca trabajar?
Lo que yo le pido es que no me vean como el obispo que está allá, sino como ese pastor que va peregrinando con ellos. El pastor que hace caminos con ellos, y que no tengan miedo conmigo, porque yo debo ser un pastor con olor a ovejas como dice el Santo Padre, es decir meterme en el pueblo, y eso no me cuesta; sentarme con uno en la cuneta y conversar no me cuesta. San Vicente decía: “los pobres son mi peso y mi dolor”, Dios ama a quien ama a los pobres; entonces, si yo que he vivido eso no amo a los pobres, entonces me estoy desdiciendo de lo que soy.

¿Siente nostalgia por su congregación?
Sí, hay algo de eso, y quizás por eso no me he ido a vivir directamente al arzobispado, pero pronto me voy porque ya hemos hablado monseñor Ozoria Acosta y los demás obispos para estar en común allí algunos de los días de la semana.

¿Dónde van a vivir?
Hay unos días que vamos a vivir en el obispado, para hacer vida común y para mí es maravillo porque yo soy de vida comunitaria. Yo no me veo en una parroquia solo. Cuando vives en comunidad, ella te acoge y con ella compartes.

Ordenación
Monseñor Faustino Burgos Brisman fue ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1987; y consagrado obispo auxiliar el 26 de agosto del 2017”.

Ser obispo
Yo sé que es una responsabilidad mayor que tengo en la Iglesia y que debo darme al pueblo de Dios y pedirles a ellos que oren por mí”.

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