Una nueva etapa iniciaba en la historia de este diario, al dejar atrás la impresión con plomo “letter press”, método de impresión que utilizó durante 27 años en El Conde

“Este es un momento memorable en la vida de elCaribe y en la de quien, como el que os habla, ha estado ligado al periodismo dominicano, en este y otros diarios durante más de treinta y cinco años de su vida”, con estas palabras dio inicio el discurso del director y antiguo propietario de este periódico, Germán Emilio Ornes, el 20 de julio de 1975 en la inauguración del nuevo edificio de dos pisos que albergaría hasta la actualidad elCaribe.

En su alocución, dijo además, “que solo el respeto de los gobiernos hacia la libertad de prensa y medios de comunicación social pueden garantizar el funcionamiento de una prensa independiente”.

El nuevo edificio fue bendecido por el arzobispo de Santo Domingo, monseñor Octavio Antonio Beras.

La ceremonia contó con la presencia del presidente de la República, Joaquín Balaguer y del vicepresidente, Carlos Rafael Goico Morales, quienes asistieron como invitados especiales.
Estuvieron también, el secretario de las Fuerzas Armadas, mayor general Juan René Beauchamps Javier; el general Antonio Imbert Barreras; el general Mélido Marte, entre otros importantes funcionarios del Estado.

Como parte del recorrido que recibieron los invitados al nuevo edificio de elCaribe, visitaron el área de la rotativa, allí el presidente Balaguer fue el protagonista de encender la prensa o máquina de imprimir los periódicos instalada en el lugar. Las nuevas instalaciones comprendían de un sistema completo de fotocomposición, a base de máquinas construidas por la empresa Compugraphic, un nuevo sistema de fotomecánica y un sistema de planchas plásticas.

Al momento de llegar a las nuevas instalaciones, Balaguer y los altos funcionarios de su Gobierno, fueron recibidos en la entrada principal del periódico, por los señores Germán Emilio Ornes, director ejecutivo del matutino; Federico Mella Villanueva, administrador; María Ugarte, directora del suplemento sabatino; Jaime Lockward, subdirector del diario y Antonio Emilio Ornes, jefe de redacción.

La edificación que fue construida en el solar de 20 mil metros cuadrados (ubicada hasta la actualidad) en el kilómetro siete y medio de la autopista Duarte (avenida John F. Kennedy), fue iniciada en marzo de 1974 y diseñada por el arquitecto Edgardo Vega Malagón. La obra estuvo a cargo de la empresa Ingeniería y Arquitectura, C. por A. Esta construcción era una de las dos construcciones que se habían hecho exclusivamente para periódicos. El Listín Diario era el otro medio impreso que construyó sus instalaciones especialmente para sus operaciones.

Con este traslado de lugar, de sus operaciones administrativas y de redacción, elCaribe dejaba atrás el “letter press”, método de impresión directa con planchas de plomo que utilizó durante los 27 años que operó en la Zona Colonial de esta ciudad capital, en El Conde número uno.

En su alocución, Ornes hizo dos importantes anuncios que tenía la empresa, uno de ellos era “mejorar nuestra imprenta comercial hasta hacer de la una eficiente editorial, provista de todos los recursos de la técnica contemporánea” y la otra información que dio a conocer, fue la instalación del canal 2 de televisión, proyecto que sería ejecutado en asociación con otros empresarios del país.
Los terrenos del periódico elCaribefueron adquiridos en 1966 por la compra al Banco Nacional de la Vivienda.

Finalizamos este trabajo con el editorial del día siguiente a la inauguración, del 21 de julio 1975:

“Con la edición de hoy, elCaribe entra en un nuevo periodo de su existencia”.

“Los cambios realizados que incluyen la construcción de un edificio adecuado para todas las necesidades de elCaribe así como la instalación de nuevos equipos y maquinarias para mejorar sus servicios de composición e impresión son aunque muy necesarios, de tipo eminentemente material”.

“Lo esencial en un diario, el alma del mismo para expresarlo gráficamente no ha sufrido alteraciones radicales. Eso es algo muy propio, muy íntimo; muy individual. Y, para este periódico, al que se tilda de conservador y eso es cierto en el sentido puro de la palabra, en aquel que expresa un anhelo de mantener lo que es bueno y lo que por bueno debe ser perenne su alma es algo que solo puede transformarse en la medida en que la experiencia le indique que el cambio es satisfactorio, útil o necesario”.

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