La Mecatrónica o Robótica en el país está asociada a hombres. Damas buscan romper el estereotipo

El campo de la robótica y la programación en República Dominicana también es cosa de chicas. Aunque aún no existe un balance en cuanto a género en la matrícula estudiantil de los centros de estudios, las mujeres están dejando su impronta en la creación de innovaciones en un mundo cada vez más automatizado.

Leila Báez y Génesis Ogando se conocieron en 2009 en un salón de clases del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA), cuando apenas tenían 18 y 19 años de edad. Ambas compartían el mismo interés: se inclinaron por una carrera poco explorada en el país y liderada por hombres: la Mecatrónica, que se encarga de la automatización de procesos de manufactura, integrando componentes mecánicos, eléctricos, electrónicos y de software. La robótica es una de sus áreas de estudio.

Según el Estudio de Seguimiento de Egresados 2009 −2017, del ITLA, en este periodo hubo un total de 178 egresados en Mecatrónica, los hombres representaron la mayoría, 88% y las mujeres el 12%.

Un comportamiento similar se observa en las aulas del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), pionero y una de las pocas universidades que ofrece la carrera Ingeniería Mecatrónica. Datos suministrado por esta casa de estudio superior, indican que desde la apertura de la carrera a la fecha, periodo 2011-2019, se registró un total de 192 egresados, segmentado en 175 hombres, que representan un91%-, frente a 17 mujeres, que constituyen un 9%. “Cuando decidí estudiar Mecatrónica, me senté con mi papá, quien es maestro en Lengua Española, y quien además aspiraba a que yo estudiara Medicina, para explicarle en qué consistía esta carrera”, cuenta Ogando.

Explica que aunque nunca ha sido molestada por elegir una profesión asociada al género masculino, en ocasiones sintió que por el hecho de ser mujer, ya había una presión. “Si en un aula, había una o dos mujeres, a nosotras nos hacían la mayor cantidad de preguntas; entonces tuvimos que utilizar estrategias.
Pasaba que cuando hacíamos prácticas con varones, a ellos los calificaban con mayor puntuación que a las hembras, entonces mi compañera y yo decidimos unirnos en equipo, y así logramos obtener mayor o igual calificación que nuestros compañeros”, narra.

Agrega que desde básica siempre obtuvo notas sobresalientes en Matemáticas; y que desde muy joven ha navegado contra la corriente aferrada a su objetivo. Mientras Leila descubrió su fascinación por el funcionamiento de todo lo que le rodeaba a los 14 años, cuando cursaba el bachillerato técnico en Electricidad. A temprana edad, poseía habilidades armando y desarmando e interpretando diagramas. Para esta Joven de 29 años, “el éxito en una carrera no depende del género, sino del esfuerzo y la dedicación”.

A génesis y a Leila no les cuesta mucho encender el botón de la creatividad para generar ideas de innovación. Gozan de una capacidad envidiable para pensar objetivamente aún bajo presión. Es por esta razón que emprendieron juntas el proyecto final de tesis para obtener el título: Tecnólogo en Mecatrónica.

Se trató de una mejora al secador tradicional de pelo (blower), que consistía en automatizarlo, a fin de que el aparato por sí solo controle su temperatura según la humedad del cabello.

Ambas jóvenes no solo demostraron capacidad, también solidificaron su amistad e iniciaron su primer empleo juntas de la mano de Magalys Pineda, en el Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF), como instructoras de Mecatrónica de sus programas, a través de los cuales se buscaba incentivar a chicas para que estudien carreras no tradicionales para las mujeres.

Más tarde, su participación en el programa de igualdad de género en las ciencias y tecnologías daría frutos: ambas fueron reconocidas por la organización internacional ONU Mujeres para América Latina y el Caribe.

En la actualidad, Leila es la encargada del Proyecto Nacional de Robótica Educativa del Ministerio de Educación, y Génesis es la coordinadora de este programa que está bajo la supervisión de la Dirección de Informática Educativa, dirigida por Claudia Abreu.

De acuerdo con la Encuesta General de Empleabilidad y Emprendimiento 2009-2017, del ITLA, los egresados de Mecatrónica presentaron un índice de empleabilidad de 90%, de este grupo, el 96% trabaja para alguna empresa o institución y el 4% es emprendedor.

La proyección es que la Mecatrónica en República Dominicana vaya en ascenso; y en los salones de centros de enseñanza como Intec ya se empieza a notar. Al día de hoy, la cantidad de estudiantes activos en este tipo de ingeniería es de 219, segmentado en 191 hombres y 28 mujeres. En la actualidad hay más estudiantes inscritos en esta carrera que egresados de esta universidad en los últimos 8 años.

El Coordinador de Ingeniería Mecatrónica de Intec, Irving Cedeño, entiende que no debería existir barreras de género en la carrera, y que atendiendo a ese desbalance en el estudiantado, la universidad realiza esfuerzos para llevar el mensaje de que esta profesión no tiene por qué ser masculinizada. “Al momento de publicitar la carrera, colocamos una proporción igualitaria de chicos y chicas, tomando en cuenta la equidad de género”, destaca.

Los logros de Intec en el campo de la Mecatrónica se siguen sumando. En abril de 2019, la academia de estudios informó al país que por primera vez un equipo de instructoras de Robótica Educativa Mecánica y Electrónica de esta universidad participará en el Desafío Rover de Exploración Humana de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), en Huntsville, Alabama, Estados Unidos.

El reto consiste en construir un Rover (vehículo) que pudiera utilizarse en futuras expediciones de la NASA.

La estudiante de Ingeniería Mecatrónica, Katherine Amarante, con apenas 18 años, es la capitana del equipo de Intec, integrado por Matthews Rosario Espinal, Mariely Toribio Rodríguez, Jorge José Lara Collado y Julio Francisco Núñez Sánchez.

Disciplina nueva

La Mecatrónica en República Dominicana es una disciplina relativamente nueva, no obstante es denominada como una de las “carreras del futuro”, que apuesta a formar una clase profesional capaz de crear soluciones e innovaciones en una sociedad competitiva.

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