El gobierno de Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) toma la ruta de entrar a la mitad de gestión, una etapa en la que aumenta la presión para que pase de las palabras a los hechos, los opositores se vuelven más críticos, se activa la agenda política-electoral y la tregua social a las nuevas administraciones, se agota.

Un ejemplo de esa realidad fueron las críticas del obispo de Higüey, monseñor Castro Marte, en la homilía del pasado viernes por el Día de la Altagracia en presencia de la vicepresidenta, Raquel Peña.

“Debemos reconocer que son muchos los desafíos que tenemos como país, con la carga del día a día sobre los hombros de las familias, de los dominicanos, sobre todo los más pobres, se vuelve muy pesado el encarecimiento de los productos de primera necesidad y el alza de los combustibles, agregar a esta situación lo del covid-19. Comer, vivienda, son fundamentales. Hay que tener cuidado con el pueblo”, dijo.

La presión al PRM podría aumentar para que cumpla la promesa de aprobar la despenalización del aborto en tres circunstancias que hizo en oposición y no ha concretizado. El 2022 es particularmente retador para el gobierno de Abinader que desde que llegó ha tenido que lidiar con la crisis de salud generada por la pandemia de la covid-19, el impacto económico y la inflación.

El pasado año la inflación cerró con 8.5%, la más alta en los últimos 15 años, lo que obligó al Banco Central a tomar medidas con la política monetaria.

Adicionalmente, el partido oficial tiene una agenda política interna de renovación de autoridades, un tema que empezó a generar ruidos por el cambio en los estatutos para elegir las autoridades nacionales, lo que distrae en menor o mayor medida al partido del gobierno.

Igualmente, aunque el presidente Abinader ha dicho que no está en reelección, los hechos han colocado el tema en la agenda de la opinión pública, y ese factor también impacta el manejo que tenga el gobierno en los retos de este año.

La oposición se ha hecho sentir con el tema de los precios de los productos de la canasta básica y el Fideicomiso para la administración de la planta de Punta Catalina que fue aprobado por la Cámara de Diputados y ha generado un mar de críticas al punto que el presidente Abinader ha tenido que asumir su defensa.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha pedido que la iniciativa sea retirada a pesar de que lo aprobó en la Cámara de Diputados, la Fuerza del Pueblo (FP) pidió que se someta a vistas públicas en el Senado.

Por tanto, el destino del contrato de Fideicomiso de Punta Catalina será tema de debate en la Cámara Alta y los votos del PLD y la FP son suficientes para detenerlo. Si votan a favor de la pieza, su papel de oposición quedará cuestionado porque serían acusada de decir una cosa y hacer otra.

La visión de actores sociales

El sociólogo Cándido Mercedes consideró que el gobierno no luce del todo claro sobre los retos que representan este año y que la situación podría llegar a un punto de “romper la paz social negativa” que, afirma, existe en el país. Advierte que la inflación podría ser la gota que derrama la copa. “El segundo año genera ya no expectativas, sino que la sociedad dominicana, está exigiendo parte del programa de gobierno y que los actores que están en el poder le prometieron a la ciudadanía, el gobierno ha tenido puntos excelentes como el manejo de la pandemia y la recuperación de la economía”, afirmó Mercedes.

El gobierno tiene retos mundiales y locales

Mercedes advirtió que la recuperación de la economía no ha estado acompañada de una reducción del desempleo. Sostuvo que la informalidad laboral pasó de 52% antes de la pandemia a 58.8% actualmente. Observó que la pobreza aumentó al pasar de 21.5% a 44%. “La República Dominicana tiene paz social negativa, la paz social negativa es aquella en que hay una paz social aparente porque los conflictos no han sido resueltos, donde hay paz social positiva, los conflictos han sido resueltos”, subrayó. Agregó que esa realidad puede estallar en cualquier momento debido a que la sociedad está mucho más empoderada y menos tolerantes ante la ineficacia de responder a sus exigencias. “Eso está ahí y es una sociedad mucho más empoderada, ese es el gran desafío que tenemos, no veo que los sectores gobernantes la están mirando porque el comportamiento humano es impredecible y el hecho de que tu hayas sido así siempre, no implica que el malestar social que hay se pueda generar grandes movimientos sociales, malestares sociales que pueden llevarnos a un estallido social, eso está ahí”, advirtió. Dijo que un caldo de cultivo social es la inflación y que a pesar de que es mundial la gente en su mayoría no lo entiende así.

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