El progreso inmobiliario que ha experimentado Pantoja en los últimos años no ha ido al compás con la mejora de los servicios municipales de este sector.

En esta demarcación de notable crecimiento industrial y proyectos de viviendas, muchos de sus residentes aún luchan por recibir agua por tuberías y caminar sobre calles asfaltadas.

A esto se suma la permanente contaminación de una morgue ubicada en el cementerio Cristo Redentor que colinda con este sector y de una cañada que amenaza la salud de los moradores del distrito municipal de Los Alcarrizos donde paradójicamente va en crecimiento la industria farmacéutica.

Los reclamos de estos moradores, que dicen sentir que hablan al vacío, son muchos. La deficiencia en la recolección de los desechos y el detrimento de sus espacios públicos son otros de sus males.

Una deuda con la comunidad

En mayo de este año, miembros de la Comisión Comunitaria para el Desarrollo de Pantoja y Zonas Aledañas denunciaron que debido a la negligencia, incompetencia y falta de coordinación de la junta municipal muchas de sus calles, incluyendo la principal, La Isabela, se han convertido en vertederos improvisados.

Las calles más deterioradas se encuentran en los barrios Las 800, Villa María, Barrio 23, Villa del Palmar, Los Militares, Samaria-Las Palmeras, Los Humildes y Villa Morada.

Transitar por La Isabela expone a los conductores a caer en hoyos, principalmente en horas de la noche, ya que no cuenta con un alumbrado público eficiente. Carmen Acevedo, residente del sector, asegura que el deterioro de las calles, carentes de aceras y contenes, es la principal demanda de esta comunidad.

“Yo creo que este síndico ha hecho muy poco”, expresó. Los comunitarios también reclaman la construcción de una funeraria municipal, la reconstrucción del parque central La Redención y de dos pequeños puentes que comunican a La Redención con Villa María y de sus pasos peatonales. El profesor Alipio Ubrí Sosa ha solicitado en varias ocasiones la instalación de un centro de salud, una farmacia del pueblo, una fiscalía barrial y la terminación de dos liceos, cuya construcción fue paralizada.

“Son muchas las demandas, pero pocas si cada institución asume el compromiso que le corresponde, pero aquí nadie da la cara. Este síndico nunca se ha reunido con estas comunidades a tratar el tema de la recolección de la basura”, sostuvo el dirigente comunitario al evaluar la gestión de Mario González y otras entidades públicas.

Residentes exigieron el saneamiento de dos cañadas. Juan. T. Valenzuela

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