Proyecto en barrios no será como La Barquita, pero promete cambios

Por años, la pobreza se ha instalado en los bordes del río Ozama. Miles de personas ocuparon y habitaron sus riberas, formando cordones de miseria.

Por años, la pobreza se ha instalado en los bordes del río Ozama. Miles de personas ocuparon y habitaron sus riberas, formando cordones de miseria.
De esa realidad no escapan los barrios Los Guandules y La Ciénaga, en el Distrito Nacional. “Las condiciones no son las mejores, pero es esto lo que podemos tener”, cuenta la señora Zeneida Encarnación, quien crió a sus siete hijos en la zona más vulnerable de Los Guandules.

Es así como el discurso de Rendición de Cuentas del presidente Danilo Medina fue como una luz a sus años de desesperanzas. El anuncio del mandatario de someter a estos sectores a una reforma urbanística integral mantiene entusiasmados a estos residentes.

Y es que a orillas del Ozama, la vida es dura. El hacinamiento y la insalubridad se replican en cada extremo. Allí las normas de construcción no existen. Las viviendas se levantan en terrenos cenagosos y menos de un metro puede ser la distancia entre una casa y otra.

Ivelise Vargas ha sufrido en carne propia este hacinamiento imperante en La Ciénaga. 
Cuando llega la noche, las sillas son colocadas encima de la mesa, para acomodar en el piso las sábanas que servirán de cama a sus dos hijos de 13 y 10 años, mientras ella duerme junto a su esposo y otros dos infantes en un colchón sustentado en pedazos de block. “Claro que me sentiría feliz si vienen a cambiar la situación en la que uno está viviendo”, expresó la mujer de 31 años.

Al igual que muchos residentes de la zona, vino del interior del país y encontró en la ribera del Ozama una “oportunidad” para vivir junto a su familia en una zona carente de servicios básicos, donde las aguas cloacales tienen como depósito final los callejones más cercanos al río.

Los lugareños cuentan que desde hace dos semanas un personal identificado con camisetas de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) realizó un censo de viviendas en la zona.

Esta información la confirmó José Miguel González Cuadra, empresario a quien el presidente delegó la responsabilidad de estar al frente del proyecto de gran impacto social como La Nueva Barquita, donde se trasladaron 1,400 familias que residían en las márgenes del río a un nuevo complejo habitacional. Indicó que en estos sectores se realizaron tres censos. El director de la Unidad Ejecutora para la Readecuación de la Barquita y Entornos (Urbe) no quiso profundizar en los pormenores del proyecto. “Esta información se dará en detalles cuando el presidente lo anuncie oficialmente”, dijo. Adelantó que en estas barriadas se hará el mismo proyecto que se llevó a cabo en las favelas de Río de Janeiro, Brasil. “Es un proyecto diferente a La Nueva Barquita”, aclaró enseguida.

Explicó que hay una franja del río que será liberada por ser zona inundable. “Es rescatar los barrios, integrarlos a la ciudad y dotarlos de los servicios básicos, para así darles más seguridad y un sistema de transporte”, precisó.

El proyecto incluirá la construcción de escuelas, estancias infantiles, parques, áreas deportivas y algunas viviendas.

Ante la pregunta: ¿Urbe dirigirá estos trabajos? Contestó: “el presidente aún no lo ha definido”.

Andrés Pineda, presidente de la Junta de Vecinos La Nueva Unión de la Ribera del Ozama cree necesario la intervención de La Ciénaga. “Es lo mejor que nos puede pasar. Vemos con beneplácito el anuncio del presidente y esperamos que se cumpla”, expresó. Calculó que solo en este sector aproximadamente dos mil viviendas se encuentran en áreas consideradas de alto riesgo.

Situación social de estos sectores

Como resultado del debate con los actores y organizaciones barriales y eclesiásticas de los sectores La Ciénaga y Los Guandules, Urbe publicó las siguientes conclusiones en su página web:

En el caso de La Ciénaga, el 51 % de los jefes de familias son mujeres. El 83 % de los residentes dicen haber vivido allí por más de 10 años. El área posible de intervención se caracteriza por tener una gran influencia de los distribuidores y traficantes de drogas, “puntos”, lo que constituye un modo de subsistencia ante la falta de empleo. Entre las problemáticas observadas figuran la ocupación de espacios públicos con comercios improvisados y paradas informales de motoconchistas, poca educación vial y de las normas de convivencia. Mientras en el sector Los Guandules, el 55 % de los jefes de familias son hombres. El 66 % de los residentes asegura vivir allí por más de 10 años. El levantamiento destaca que no existe estructura educacional, solo una escuela con malas condiciones. Se observaron los mismos problemas existentes en La Ciénaga con respecto a los espacios públicos y actividades ilícitas.

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