El psiquiátrico Padre Billini, más humanizado

El centro de salud mental atiende a 84 pacientes, aquejados desde esquizofrenia hasta depresión. El Centro de Rehabilitación Psicosocial Padre Billini, antiguo “El 28” , es el único hospital especializado en salud mental con que cuenta el país.

El centro de salud mental atiende a 84 pacientes, aquejados desde esquizofrenia hasta depresión

El Centro de Rehabilitación Psicosocial Padre Billini, antiguo “El 28” , es el único hospital especializado en salud mental con que cuenta el país.

Del lugar tétrico que horrorizaba con solo escuchar su nombre no queda nada, pues en sus instalaciones, además de modernas, prima la higiene y el orden. La edificación, en el kilómetro 28 de la autopista Duarte, está pintada de varios colores y el jardín posee murales artísticos.

La directiva del hospital, encabezada por la doctora Marisol Martínez, no acostumbra llamar ‘pacientes’ a sus internos, sino “usuarios”, para que éstos no se sientan excluidos. En la actualidad, el Padre Billini acoge a 84 personas, 41 de las cuales son mujeres y el resto hombres, incluyendo 3 extranjeros. La paciente con mayor tiempo en el lugar tiene 35 años y padece esquizofrenia, la cual está controlada.

Los casos más comunes por lo que estos pacientes son recluidos son por trastorno de ánimo, esquizofrenia, bipolaridad, depresión mayor y trastornos de estados de ánimo inducidos por sustancias controladas. El hospital posee diferentes módulos, los cuales trabajan con los internos para tratar de reinsertarlos en la sociedad. El programa se llama “Rehabilitación Psicosocial con miras a la Reinserción”, y busca que al ser dados de alta no se les tenga temor. En el módulo I, se le hace una depuración, es decir, se evalúa al paciente cuando llega y se le mantiene separado de los demás por una semana para que se acostumbre al lugar. En el módulo II, los “usuarios” son ingresados a diversas actividades donde les dan las herramientas para que ellos puedan ser reinsertados, lo que incluye la asignación de trabajos especiales, como hacer pellizas, collares y pinturas.

En los pasillos, se les observa ir y venir, hablando, pidiendo jugo, o su mayor debilidad: el café. Otros, en los jardines están dentro de su propio mundo.

Los internos cumplen con un protocolo diario. A las 10:00 de la mañana, éstos realizan rutinas en los talleres de pinturas, teatro, manualidades, donde desarrollan sus habilidades cognitivas, lo que le sirve de terapia de relajación, así lo explica la doctora Martínez.

Las bisuterías, alfombras de pellizas, floreros, arreglos florales, son parte de esas actividades realizadas por esos internos, las cuales son vendidas al público en general. Con una paz, y una dedicación se observan varias de las mujeres ingresadas allí trabajando las pellizas. Estas son supervisadas por las voluntarias que cooperan con el centro.

Los técnicos se encargan de realizar con los pacientes los planes individuales. Cada uno tiene de 6 a 7 pacientes a su cargo, estos son los encargados de enseñar a los pacientes del nivel uno las cosas básicas, como bañarse, cambiarse de ropa, entre otras cosas, y los van evaluando de acuerdo a las funciones que estos puedan lograr en el día a día. Prácticamente, trabajan con el método Montessori. Los pacientes son visitados muy pocas veces por familiares, pero reciben grupos religiosos y el Grupo de Damas del Patronato, que también realiza acciones en beneficio de ellos.

Un mundo para cada quien

Los pacientes en este hospital viven en su propio mundo. Tal es el caso de Heidy, nombre ficticio, una amante de las muñecas, que en su habitación tiene muñecas grandes. Otro de esos casos es el de Morelia, quien se viste como una figura del cine, con bisuterías y grandes carteras, y unos lentes que llaman la atención.

También es el caso de Romelia, quien es la estrella de la obra que estos realizarán en el Teatro Nacional “La Luna Habló”. Ella se viste y actúa como toda una artista. En el referido centro, hay 12 pacientes que también tienen problemas legales por cometer algún delito y la Fiscalía los ha enviado ahí. Algunos internos no poseen actas de nacimiento ni cédula de identidad, lo que ha llevado al hospital a realizar un convenio con la Junta Central Electoral. Un caso de ello es el de Carmen, nombre ficticio para preservar su dignidad, la cual padece de bipolaridad, y dice sentirse mal porque quiere irse donde su familia, ya que tiene un esposo e hijos. Ella está en proceso de ser dada de alta y ser reinsertada en la sociedad y se le está agilizando el proceso para dotarla de su cédula de identidad.

“Yo sufro de bipolaridad, me siento mal y peleo y después te pido perdón”, expresa la paciente, que lleva tres años en el centro. Ella será reinsertada a la sociedad, pero tendrá que asistir a colaborar en el hospital en horario de 8:00 de la mañana a 3:00 de la tarde.

Desarrollan varios programas

En el centro, trabajan con varios programas para los pacientes, compuesto por un equipo multidisciplinario, que cuenta con psiquiatras, psicólogos, médicos, enfermeras y técnicos en rehabilitación, con los que se hace un plan individualizado. “En este nuevo modelo, se les trata de devolver la dignidad al paciente. Aquí ‘desmanicomisamos’, quitamos el concepto de manicomio, es decir, que el remozamiento no es solo físico, es un remozamiento de un personal entrenado en rehabilitación psicosocial, para devolverles también sus derechos”, relató la doctora Martínez. Los pacientes no solo son tratados con fármacos, sino también a base de psicoterapia, psicoeducación, terapias grupales y ocupacionales. “Porque entendemos que es el complemento”, dijo. Explicó que tener una condición de salud mental es como padecer de diabetes. :Si no tomas tus medicamentos, vas a hacer una crisis”.

El programa más reciente que están implementando se llama “Trabajando con las personas en condición de calle”, con el que buscan pacientes que están deambulando. Este se realiza a través de un equipo de salud mental, el cual identifica a estos pacientes. Para que la reinserción se logre, se trabaja con los trabajadores sociales, los cuales identifican los familiares, “que en su mayoría no aparecen”; se hacen reuniones comunitarias con las juntas de vecinos y con la Unidad de Atención Primaria en Salud, que son las que se encargan de suministrar los medicamentos.

Detalles del hospital

El hospital cuenta con una cocina, una lavandería, una pequeña cafetería, cuatro módulos de habitaciones divididas en dos cada cubículo, uno de hombre y otro de mujer, con una área para los pacientes de nuevo ingreso, los que son aislados por una semana hasta habituarlos. Este se maneja con un presupuesto mensual de 2 millones 563 mil 814 pesos, según nos explica el doctor Ramón Peláez, encargado de la administración del hospital. A pesar de no poseer una cifra exacta de los pacientes que padecen trastornos mentales en el país, el especialista en el área expresa que el tratamiento de esos pacientes es bastante costoso.

Doctora Marisol Martínez. Danny Polanco

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