Brigadas de la Unidad Ejecutora para la Barquita y Entornos (URBE) continuaron con el derribamiento de viviendas de los residentes de La Ciénaga, ubicado a orillas del río Ozama, para dar paso al proyecto Domingo Savio, bajo la aceptación y la oposición de alguno de sus moradores.

Olivo Altagracia, quien llevaba más de 40 años residiendo en la ribera del río Ozama, calificó de desproporcionada la oferta de las autoridades que asciende 250 mil 500 pesos, lo que su juicio solo represente el 50% del valor de su vivienda.

“Nos tiraron como perro al abandono para nunca más volver. Yo soy un ciudadano que porto una cédula y pago impuesto”, manifestó Altagracia.

Similar queja tiene Genara Vidal, quien se siente inconforme por los recursos que le ofreció Urbe por su vivienda levantada hace 30 años.

“Yo estoy de acuerdo en que el Gobierno quiera sacar a uno de aquí, porque fíjese en las condiciones que nosotros vivimos, pero que nos traten de una manera más digna donde uno pueda comprar algo menor. Eso 200 o 300 mil pesos que nos dan, no dan para yo comprar donde vivir”, indicó Vidal.

Sin embargo, quienes más conforme están son los inquilinos, quienes están siendo mejor remunerados por la URBE que los mismos propietarios de las viviendas.

German Amancio dijo sentirse conforme con los 250 mil pesos que le están ofreciendo.

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