Medio millón de cuentas activas en Twitter en función de “policías” y “detectives” tienen en apuro a figuras políticas

En 2019 las calles de Puerto Rico, a 40 minutos de la República Dominicana, estallaron en protestas. Un hecho que se originó en las redes sociales, salió a las calles y concluyó con la renuncia del gobernador de ese país, Ricardo Rosselló. Se trató del denominado “escándalo del chat”, una filtración de conversaciones de un grupo compuesto por funcionarios del gobierno de ese entonces, que incluyó comentarios misóginos y homofóbicos de Rosselló.

Lo ocurrido en ese país grafica lo que pasa en los tiempos de la comunicación instantánea y rastreable por cualquier ciudadano. Las figuras públicas, especialmente los políticos, son esclavos de lo que dicen y hacen, pero también de lo que dejan de decir o hacer. El nuevo modelo los obliga a pensar, repensar y requetepensar antes de emitir opiniones sobre temas sensibles, porque “lo que diga puede ser usado en su contra”.

El tema de la subida del precio de los combustibles en el país ha puesto en evidencia que a los políticos se les hará cada vez más difícil acudir a un discurso populista para ganar electores, porque luego, si se logra el poder, la propia población “pasa factura” al sentirse estafada por una promesa incumplida. Quizás quienes acuden a ese discurso pueden reflexionar que lo importante es llegar; pero no deben olvidar que después de llegar lo más importante es mantenerse.

Las redes sociales le han quitado a los políticos algo que vale oro: el monopolio de la narrativa. Son los usuarios de Twitter quienes deciden cuáles serán los temas de la agenda pública, independientemente de lo que una estrategia quiera imponer.

Varias figuras del primer nivel del gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) están contra la pared por no poder cumplir la promesa de bajar el precio de los carburantes que hicieron mientras estuvieron en oposición. Algunos dirigentes adversarios tampoco han salido ilesos ante el cambio de discurso.

El impacto de las redes sociales en el país es una realidad puesta en evidencia por los números. Casi el 80% tiene acceso a internet; más de siete millones de usuarios activos en las redes sociales. 512 mil cuentas activas en Twitter, la red social con menos usuarios, pero la que define el debate político y los temas de la agenda nacional.

En Facebook hay 7.2 millones y en Instagram, más de 5 millones y el 70% de la población usa Whatsapp, según datos suministrados por el especialista en comunicación digital, Pavel de Camps. Es data actualizada a este año, pero son números que cambian por lo rápido que crece la comunidad virtual.

Los especialistas en comunicación estratégica Rafael Núñez, Víctor Bautista y Melvin Peña, exponen sus puntos de vista sobre cómo los gobiernos y políticos de oposición deben manejar la comunicación en la era del dominio digital y las redes sociales.

Peña considera que las redes sociales se han establecido como un mecanismo de supervisión y control de los políticos, no solo para los gobernantes, sino también para los opositores.

“Hemos visto al presidente tener que dar reversa varias veces ante la presión de las redes sociales, y también cómo los usuarios de las redes les han enrostrado al actual gobernante, a algunos ministros y legisladores oficialistas que sus actuales gestiones y posiciones desdicen de los discursos que sostenían cuando eran opositores, comentó.

Al intentar explicar la necesidad de tener cuidado al emitir opiniones, dijo que “la huella digital se compara con “hacerse pipí” en la cama, por más que intentes extraer la orina, siempre queda algo en el colchón”.

Por eso aconsejó a los políticos tener cuidado al emitir sus opiniones, sobre todo si piensan con seriedad llegar al poder. “Esa es una realidad que los políticos deben de tener en cuenta cuando hablan o actúan, particularmente desde la oposición, si están pensando seriamente conquistar el poder, hay una huella digital que siempre queda”, observó Peña.

El consultor en comunicación estratégica consideró que ahora es mucho más fácil para los políticos jóvenes fijar una narrativa ante sus audiencias, a través de las redes sociales, incluso si no logran contar inicialmente con espacio en los medios tradicionales.

“Al mismo tiempo, es mucho más difícil para los políticos establecidos lograr lo que se llama en comunicación política» controlar la narrativa, esto es imponer los temas de agenda pública”, analizó. Agregó que los usuarios de las redes sociales deciden cuáles serán los temas de agenda pública. “Lo importante no es lo que se publique, sino lo que la gente comparta”, subrayó Peña.

El especialista en comunicación estratégica aconseja que la clave está en saber usar las herramientas de comunicación que dominan el debate. “Si bien las redes pueden ser el terror de cualquier político puesto en la picota, también pueden ser aliadas espectaculares para llegar a sus audiencias sin la intermediación de los medios, sin el cuestionamiento de periodistas profesionales y sin la intervención de ningún editor que interponga el rigor profesional al discurso oficial”, observó.

Sobre las críticas descarnadas en las redes sostuvo que es “bien visto un gobernante sensible al clamor de la opinión pública, pero, a la vez, debe tener una piel de cocodrilo para mantenerse firme cuando hay medidas impopulares que hay que tomar sí o sí”.

Coherencia y transparencia

De su lado, Bautista llamó a los políticos a dejar atrás la comunicación análoga y asimilar la era digital. “Las redes sociales y los motores de búsqueda de contenidos son armas para los votantes contra la demagogia y el clientelismo. Coherencia y transparencia son los mejores consejos para los políticos en la era digital para dejar una huella capitalizable en término reputacional. Hacer lo contrario es estar siempre sujeto a riesgos no controlables mirándose ante un espejo convulso”, reflexionó.

Bautista Agregó que muchos políticos, incluyendo algunos de las nuevas generaciones, siguen ejerciendo su oficio sobre bases análogas. “No se han dado cuenta de que vivimos en la era digital y que solo saldrán adelante quienes puedan ser disruptivos.
¿Cuántos políticos en RD cuenta con plataformas de comunicación multicanales para motivar interacción directa con su público si la mediación de las estructuras tradicionales?”, cuestionó el especialista.

Observó que otro asunto es que en sus discursos también reflejan “una impresionante vocación por lo análogo y no piensan en que cada palabra, cada acción, cada imagen forma parte de una huella digital que puede beneficiarles y volverse en su contra”.
Específicamente señaló que las posiciones sobre los precios de los combustibles, los impuestos y otros temas gruesos de quienes estaban en la oposición y hoy gobiernan, los hace chocar contra la pared. “Practican lo que impugnaron y la propia huella digital que dejaron se lo recuerda”, dijo.

Hay que saberse adaptar

Para el periodista y especialista en comunicación gubernamental, Rafael Núñez, en la era de las redes sociales como en cualquier época de la historia hay que tener capacidad de adaptarse a los cambios. “Solo es posible con un pensamiento estratégico, ya sea para la guerra convencional o para la actividad política, porque se trata de eso la política: una guerra hecha por otros medios (la palabra y los medios de comunicación)”, comentó.

Explicó que lo que ha hecho la innovación tecnológica en el campo de la información y la comunicación es transformar las sociedades. “Otro hecho de mucho mayor trascendencia para los políticos, estudiosos, asesores y consultores de comunicación, que cambió la forma de actuar y de pensar de miles de millones de personas en el planeta”, señaló.

Sostuvo que sería un error de los actores políticos resistirse al cambio. “Si las sociedades han cambiado, nosotros tenemos que cambiar la forma de hacer política porque el poder, como señaló Moisés Naím, es menos poder hoy día que antes. Hay nuevos actores que antes no conocíamos, códigos nuevos de comunicación y la participación de grupos de presión que antes no existían”, observó.

Núñez sostuvo que de lo que se trata en este tiempo es de tener un pensamiento estratégico, dispuesto a realizar la adaptación a esos cambios.

El ecosistema digital es una realidad, es el nuevo poder al que los gobiernos, los partidos, las empresas y todo aquel que tengan la intención de que su voz se escuche, tiene que ponerle atención. “No se puede vivir de espaldas a esa realidad. Su evolución y desarrollo se produce a una velocidad que va más allá de lo que nuestros viejos esquemas de funcionamiento pueden asimilar”, dijo.

Consideró que de lo que se trata en la comunicación de gobierno es de adaptar las nuevas formas de comunicación con las analógicas. “En una combinación o convergencia de medios, para lo cual es necesario contar con una cultura de comunicación cuyo eje de transmisión descanse en una estructura comunicacional ágil, vigorosa, asertiva y capaz de adaptarse”, apuntó Núñez.
Aconsejó a los actores políticos entender el cambio social como una oportunidad. Dijo que para la buena gobernanza es indispensable el consenso, hacer que los distintos sectores de la sociedad participen en los proyectos, de tal manera que su presentación y ejecución sean el resultado de la opinión colectiva.

Buenas estrategias para la narrativa

Melvin Peña tiene algunos consejos para que los políticos puedan hacer un uso más óptimo de las facilidades que otorgan las redes sociales. “En cualquier caso, no importa si está en el gobierno o en la oposición, un político debe tener una narrativa clara, y ser coherente y consistente en su escenificación”, expresó. Recomendó que repetir esa narrativa como un taladro es lo que hará que finalmente se estampe en la mente de la gente. “Puede parecer muy frívolo, pero lo cierto es que lo interesante predomina sobre lo relevante, y encontrar la manera de combinar ambas cosas es el desafío de cualquier político que quiera conectar y a la vez ser respetado entre sus electores”, comentó. Dijo que se trata de poder decir con encanto lo que hay que decir en 140 caracteres, aunque ya Twitter permita el doble. “Decir más con menos. Entregar más significado con gran economía de recursos”, observó. Consideró que los políticos dominicanos todavía no le prestan la atención que merecen a la fotografía política. “Incluso si andan para arriba y para abajo con un batallón de fotógrafos y camarógrafos. Me gusta decir que la buena fotografía no sale, se hace”, comentó. Peña agregó que hoy la mejor comunicación pública es visual, digital y compartible. Dijo que para políticos nuevos las redes son un gran soporte para darse a conocer.

Huella digital
Practican lo que impugnaron y la propia huella digital que dejaron se lo recuerda”.
Víctor Bautista
Asesor en comunicación estratégica

Gobernanza
Para la buena gobernanza es indispensable el consenso, hacer que distintos sectores participen”.
Rafael Núñez
Experto comunicación gubernamental

Oportunidad
Las redes pueden ser el terror de cualquier político, pero también pueden ser aliadas espectaculares”.
Melvin Peña
Experto en comunicación estratégica

Internet
En el país hay más de ocho millones de usuarios registrados que tienen acceso a internet y 68% usa Whatsapp.

Instagram
La red de las fotos y los videos, es la segunda con mayor número de usuarios, registra 5 millones a inicio del 2022.

Twitter
Tiene 1.5 millones de cuentas registradas y solo 512 mil activas, pero es la que pauta el debate.

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