Guerra. “Me robaron un pedacito de mi corazón” fueron unas de las tantas palabras de angustia que rezaba la madre de Pablo Celedonio, de 42 años, quien fue muerto a tiros, junto a tres personas, por desconocidos el pasado sábado en el municipio Guerra, de la provincia Santo Domingo.
Ramona Flores lloraba abrazada de un familiar, en la sala de su casa ubicada en la comunidad El Toro del referido municipio, la pérdida de uno de sus cinco hijos, quien dejó en la orfandad a una niña de seis años.
Celedonio se desempeñaba como encargado de almacén de una compañía de construcción y fue abatido la madrugada del sábado por hombres, aún no identificados, cuando se desplazaban a bordo de una yipeta.
En el hecho también resultaron muertos Roberto Confesor Híchez Zapata, de 44 años, conductor del automóvil; Librada Zapata,, y Eladia Sabino de la Cruz, de 41.
Mientras que sobrevivieron, con heridas por los cristales del vehículo, Johanny Castro, de 40 años, esposa de Hichez Zapata, y su hija cuyo nombre se omite por razones legales.
Todos estaban en un centro de diversión y al salir del mismo abordaron la yipeta para marcharse a sus viviendas, pero en el trayecto fueron sorprendidos por sus agresores, quienes, sin mediar palabras, le emprendieron a tiros a quemarropa ocasionándoles a las víctimas las heridas mortales, logrando sobrevivir Castro y su hija, que solo presentan laceraciones de esquirlas de los cristales del citado vehículo.
Dicen no tenía conflictos
“Mi hermano no era de nada”, expresó Germania Celedonio, al referirse a que su pariente no tenía ningún tipo de
problemas.
Germania indicó elCaribe que desconocen las causas por las cuáles mataron a su hermano y hasta el momento las autoridades no les han dado alguna información, ni tampoco se han comunicados con ellos para iniciar una investigación. Dijo que Celedonio conocía a los demas fallecidos desde hace muchos años y que estaba relacionado familiarmente con Híchez Zapata, Librada Zapata y Sabino de la Cruz.
Explicó que ese día su hermano salió con ellos para “dar una vuelta”, luego de que Híchez Zapata llegó de Estados Unidos donde residía.
“Mi hermano era un hombre bueno, social, le gustaba compartir. Era un hombre muy bueno”, aseguró con tristeza, mientras vecinos y allegados le daban el pésame por la muerte de su pariente.
Los residentes en la comunidad también se lamentaban la tragedia que los enlutó, pues ambas familias residían solo a unas cuantas casas.
Los fenecidos fueron sepultados rapidamente debido al estado en que se encontraban.
“Él tenía más de 10 tiros en la cabeza, tuvimos que enterrarlo de una vez”, expresó Germania.
Exigen justicia
Tanto los familiares de Celedonio, como de los demás fallecidos, exigieron que se haga justicia en el caso y que las autoridades correspondientes inicien una investigación para que se esclarezca el suceso. “Queremos que este caso se aclare, nada ha investigado ni venido por aquí”, dijo Germania.
De su lado, los parientes de Híchez Zapata, Librada Zapata y Sabino de la Cruz no quisieron entrar en detalles ni revelar sus nombres, pero indicaron que eran personas de bien y esperan que se esclarezca el caso.
Policía dice profundiza la investigación
La Policía Nacional informó, mediante un comunicado, que agentes de la Dirección Central de Investigación (Dicrim), trabajan en la identificación y captura de los responsables del hecho y que se amplían las pesquisas a los fines de esclarecer el caso. La uniformada dijo que las 2:40 de la madrugada del sábado, agentes policiales encontraron a Johanny Castro y su hija al lado de la yipeta marca Mazda, placa G385555, color negro, pidiendo auxilio, quienes andaban en el vehículo y en cuyo interior se encontraban muertos las cuatro personas ya mencionadas. La mujer, de 40 años, indicó a los agentes actuantes que las heridas de bala de las víctimas se las ocasionaron personas hasta el momento sin identificar, quienes se desplazaban a bordo de una camioneta doble cabina, marca Nissan, y un carro color blanco, de más datos que se investigan. Continuó relatando a los investigadores que alrededor de la 01:00 de la madrugada se encontraba junto a su esposo Confesor Híchez; su hija adolescente; la tía de su esposo, Librada; la prima de su esposo, Eladia Savino, y su amigo, Pablo Roberto, así como también varias personas más en una discoteca ubicada en la carretera Guerra-Bayaguana y que cuando se desplazaban fueron interceptados por los agresores.