El Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional condenó ayer a 20 años de prisión a Gabriel Villanueva, quien fue encontrado culpable de homicidio y violencia doméstica contra la joven Andreea Celea, a quien lanzó del octavo piso de un hotel donde se encontraban.

Villanueva, quien cumplirá sentencia en la cárcel de San Pedro de Macorís, también deberá pagar cinco millones de pesos como indemnización a la señora Anka Voicila, madre de Celea, por los daños y perjuicios proporcionados con este caso. Asimismo deberá pagar las costas del proceso.

El imputado era novio de Celea al momento de su muerte y desde el primer momento ha sido el principal sospechoso, debido al historial de violencia que la pareja mantenía. El hecho ocurrió el 01 de septiembre de 2018 en el hotel W&P del sector de Bella Vista, Distrito Nacional.

El tribunal, integrado por los magistrados Claribel Nivar; quien lo preside, Gissel Soto Peña y Deiby Timoteo Peguero, analizó todas las pruebas y solicitudes del caso, el cual fue conocido en 21 audiencias y determinó que en el entorno de la víctima había un círculo de violencia ejercido por el acusado.

La presidenta del tribunal, Claribel Nivar Arias, dijo que durante el proceso se presentaron miles de elementos probatorios, los que sometieron a escrupuloso análisis. Además de las declaraciones de los testigos, hubo que cotejarlas con las evidencias, entre ellas un DVD con 4,313 páginas de mensajes y comunicaciones telefónicas que el tribunal leyó durante su deliberación, y comprobó 787 imágenes que también comparó con los elementos probatorios.

La magistrada Gissel Santos explicó que desde el celular del imputado se hizo una extracción de informaciones e imágenes de sexo fuerte, drogas y lenguaje violento entre los involucrados.
Al ponderar las pruebas testimoniales y la extracción de la información celular, los jueces determinaron que la joven pareja llevaba una vida desordenada al momento de ocurrir el hecho que terminó con la vida de Celea.

Reacciones

Durante la lectura del dispositivo de la sentencia los magistrados concluyeron que, con su acción criminal, Villanueva Ohnona violentó los artículos 295 y 309 del Código Penal Dominicano, los cuales tipifican el homicidio, la amenaza y la violencia intrafamiliar agravada, así como la Ley 24-97, sobre Violencia de Género e Intrafamiliar.

Las pruebas contra Villanueva fueron presentadas por las fiscales litigantes Magalis Sánchez y María Silvestre.

“El tribunal valoró justamente las pruebas aportadas por el Ministerio Público. Nosotras establecimos que hubo un círculo de violencia que terminó en muerte y así el tribunal lo valoró de manera correcta, justa y proporcional”, dijo Sánchez.

Anka Voicila, madre de Andreea Celea sostuvo que ninguna condena sería suficiente, pero “, aunque sea de 20 años, se hizo posible y más que todo, Andreea no era lo que ellos presentaban, Andreea no se suicidó y yo le agradezco a la Fiscalía, a los abogados de nosotros, a los amigos y los familiares de nosotros, que siempre han sabido que fue él que la mató.

Chantal Ohnona, madre de Gabriel Villanueva, manifestó que con esta condena a su hijo no se le ha hecho justicia, por lo que apelará dicha sentencia. Sostuvo que el caso lo han ganado los medios de comunicación, por la presión ejercida, lo que motivó a que los jueces tomen la decisión de condenar a 20 años a su vástago.

En la pareja existía un cuadro de violencia

Los magistrados del Segundo Tribunal Colegiado manifestaron que de acuerdo a la autopsia realizada al cadáver de que la joven de origen rumano, quedó demostrado que la caída se produjo por precipitación parabólica, que se produce cuando una fuerza externa impulsa el cuerpo. Indicaron que el hecho de que en la habitación solo estaba la víctima y el acusado, indica que Villanueva tiene la responsabilidad penal. La familia de la joven había solicitado 30 años de cárcel, acusando a Villanueva de asesinato al lanzar a su pariente desde el octavo piso del hotel.
También lo acusaron de violencia de género y de robo agravado porque sustrajo el celular de Celea. Los jueces descartaron la imputación de asesinato, ya que no fue algo premeditado y sobre la sustracción del celular afirmaron que el acusado se lo llevó para ocultar evidencia. Sostuvieron que en la pareja existía un cuadro de violencia debidamente probado. “En las conversaciones sustraídas del celular del imputado habían conversaciones, donde el repetía estoy harto, estoy quillao, revelando el carácter agresivo del imputado. Hubo pelea entre ellos en el cuarto de hotel y en el cuerpo de la joven había señales de lucha según el certificado forense”, explicaron los jueces.

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