SANTO DOMINGO. – La ministra Faride Raful presentó formalmente una querella por presunta difamación e injuria contra los comunicadores Ángel Martínez e Ingrid Jorge, a quienes acusa de divulgar informaciones falsas y dañinas que afectan su reputación personal y profesional.
Durante su participación en la reunión semanal de seguimiento a la Fuerza de Tarea Conjunta, Raful explicó que el propósito de su acción legal es permitir que la verdad prevalezca a través del sistema judicial.
“Cuando una persona recurre a la justicia, simplemente busca que la verdad salga a flote. Será la justicia la que determine los hechos”, afirmó la funcionaria al responder preguntas de la prensa.
Presentación de la querella
El abogado Miguel Valerio, representante legal de la ministra, depositó la querella el pasado 30 de mayo ante la Procuraduría Especializada en Crímenes y Delitos de Alta Tecnología.
Esta acción legal está sustentada en los artículos 21 y 22 de la Ley 53-07 sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, así como en el artículo 367 del Código Penal Dominicano, relativos a la difamación e injuria.
Según se detalla en el expediente, Martínez y Jorge habrían difundido acusaciones falsas que vinculan a la ministra con actividades ilícitas y comportamientos personales inapropiados, en una aparente campaña para afectar su imagen pública.
Daños y perjuicios
El equipo legal de la ministra solicitó en la instancia que los dos comunicadores paguen 50 millones de pesos cada uno, como indemnización por los daños morales y profesionales que ella ha sufrido.
La querella también responde a las declaraciones que Raful publicó previamente en redes sociales. Esta donde denunció una campaña de descrédito en su contra.En ese entonces, expresó:
“Nunca he ocultado quién soy, cómo vivo ni lo que pienso. Por eso creo que, al ser coherente, toda mentira que nace tiene fecha de vencimiento.”
Con esta acción, la ministra busca sentar un precedente sobre el uso responsable de las plataformas de comunicación y redes sociales. Además, de proteger su integridad frente a señalamientos que considera malintencionados y sin sustento.