Santiago. Ante el rechazo de la Alcaldía de este municipio de aceptar indocumentados haitianos en el mercado de pulgas instalado en la comunidad El Ingenio, los extranjeros improvisaron puestos en solares alquilados.Al lado del espacio habilitado por el cabildo, opera ahora otro mercado paralelo con prácticamente igual capacidad de vendedores informales, pero solo con extranjeros de la vecina nación.
En los mil 49 metros de terreno, propiedad de Miguel Ángel Tavárez, también hay disponibilidad para el aparcamiento de camiones y para la colocación de decenas de carpas. Tavárez, al ser entrevistado por elCaribe, dijo que iniciará un proceso de depuración para acoger a los haitianos que presenten documentación legal. Para instalar una carpa, el propietario del solar se propone cobrar 200 pesos a cada vendedor, precio similar al establecido por la Alcaldía de Santiago.
Su posición
“Eso de negar a los haitianos que vendan cuando fueron ellos los que impulsaron el mercado de pulgas no está bien, además, la gente prefiere ir a donde ellos porque venden a mejor precio y mercancías de mejor calidad. Lo que busco con esto es ganar mi dinerito, pero también ayudar a la ciudad en el orden para evitar que tomen la avenida”, expresó Miguel Ángel Tavárez. A escasos metros del cementerio municipal de El Ingenio, otro solar también fue alquilado para que vendedores que quedaron fuera del local levantado por la Alcaldía, puedan también exponer sus productos.
Además del mercado de los jueves, el cabildo además contempla permitir que cada viernes los microempresarios vendan sus mercancías en el mercado de pulgas.
Igualmente, podría arribar a un acuerdo para que vendedores del mercado de pulgas de Pueblo Nuevo que se resisten ir a El Ingenio, alquilen otro terreno.
Mercado genera gran taponamiento
Al caos que generan los vendedores informales, se agregan los taponamientos que comienzan en el elevado de la entrada de Cienfuegos, construido por el Ministerio de Obras Públicas para desahogar la avenida Mirador Yaque. Los conductores se quejan del desorden que se genera cada jueves por la gran cantidad de vendedores y la falta de espacio para aparcar.
