Santiago. Familias del barrio San Miguel en el sector El Ingenio, afectadas por el paso del huracán María, comenzaron a levantar casuchas en los mismos terrenos donde el río Jacagua destruyó 50 viviendas.

Y es que a la fecha, ninguna autoridad del Gobierno se ha presentado para buscar una solución a la situación de desolación por la que atraviesan desde hace tres meses. En la ribera del río solo quedan los pisos de las casas que fueron arrastradas y un columpio que recientemente fue llevado para que los niños lo utilicen como esparcimiento.

Sin embargo, ante la situación económica por la que atraviesan estas familias y ante las dificultades para continuar pagando alquiler, algunas han optado por regresar y levantar un techo, pero con materiales que han recolectado en la zona de desastre.
Marino Castillo comenzó a construir una casa con pedazos de madera que quedaron de los hogares destruidos. Como cobijo utiliza una lona que permite tapar tan solo el espacio de dormitorio.

Los afectados dicen que el Gobierno ha sido indiferente ante su desgracia.

Desamparados

“Tuve que mudarme aquí y parar este ranchito. Me pidieron la casa, no podía seguirla pagando. Mis tres hijos tuvieron que quedarse con mi esposa hasta tanto consigamos levantar algo mejor”, expresó Marino Castillo. Al lado de la casa, una mujer conocida como Miladis, otra de las que perdieron su hogar con el paso del huracán, comenzó a cercar un solar al lado del río Jacagua. Castillo cree que en pocos días otros se verán en la misma situación de regresar adonde comenzaron sus vidas y donde, cada vez que llueve, se enfrentan a la cruda realidad de verse en peligro de ser arrastrados por las aguas.

Manuel Pérez, un reparador de botes, perdió prácticamente todo lo que tenía para el sustento de su familia. “Con las lluvias no solo se me fue mi esfuerzo y perdí 500 mil pesos, sino que el río arrastró con las casas de mis vecinos”, apuntó Pérez. Recuerda que al notar la furia del afluente, pensaron que se trataba de un desagüe en la presa de Tavera y que había causado inundaciones en varias comunidades de Santiago.

“En 60 años nunca había visto una situación como esta y todo por culpa de que no anduvieron a tiempo con la colocación de muros de gaviones. Ahora estamos sin saber adónde vamos o si hay con nosotros un plan de traslado a una zona segura”, indicó Manuel Pérez. En el barrio Duarte, los comunitarios enfrentan una situación similar, donde decenas de familias se mantienen a la espera de la ayuda gubernamental.

Tras el paso del huracán, apenas el Instituto Nacional de la Vivienda (Invi) acudió allí, pero solo colocó algunas maderas las que presentaban daños parciales. Los que perdieron todo se mantienen a la espera de las casas prometidas. En Santiago, el Gobierno ni siquiera ha podido levantar el proyecto habitacional para las 120 familias que perdieron sus casas con las lluvias del noviembre del 2016.

Otras 69 familias esperan reubicación

Un total de 69 familias que resultaron afectadas por un incendio en la Yagüita de El Ejido, ocurrido en agosto del 2016, también están a la espera de su reubicación. A pesar de las promesas, las autoridades no han podido arrancar con el proyecto de viviendas prometidas en el distrito municipal de La Canela, debido a la oposición de la comunidad que también reclama obras.

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