El ayuno intermitente es uno de los métodos mas utilizados en la actualidad para conseguir la figura deseada. Este tipo de dieta involucra patrones donde los participantes dura varias horas sin comer, estableciendo ciclos regulares de ayuno y alimentación.

Y es que de acuerdo con el articulo Ayuno Intermitente: ¿mito o realidad? de Universidad
Juan Agustín Maza, Mendoza en Argentina, este es una estrategia dietética en la que los períodos de consumo normal están marcados por períodos de restricción energética o ayuno y el objetivo es crear una reducción neta en la ingesta energética que haga que caiga por debajo del gasto, creando así un estado de balance negativo e induciendo la pérdida de peso.

El estudio explica que desde la antigüedad se emplean los métodos de alimentación donde se alternaban períodos de ayuno y ventanas de alimentación.

Hormonas que se activan con el ayuno

Este escrito sostiene que durante el ayuno, se producen alteraciones hormonales, como es el caso de las tres hormonas encargadas de la regulación del peso corporal por su papel en la sensación de
hambre, y en la regulación del peso corporal. Estas hormonas son la adiponectina, la leptina
y la grelina.

La adiponectina es una hormona cuya secreción aumenta durante el ayuno, siendo su función promover la oxidación de las grasas y mejorar la sensibilidad a la insulina incrementando la captación de glucosa por los músculos esqueléticos. Niveles altos de adiponectina se asocian a personas con sobrepeso y con mayor resistencia a la insulina.

La leptina y la grelina son las dos principales hormonas que regulan la sensación de hambre y de saciedad. La leptina se libera al torrente sanguíneo cuando, tras la ingesta, aumenta la
cantidad de grasa almacenada en los adipocitos, inhibiendo la sensación de hambre. Por el
contrario, la grelina aumenta su concentración en sangre cuando se incrementa el apetito, por
ello se libera a la sangre en momentos previos a la ingesta y se reduce una vez se ha
producido la comida.

Niveles reducidos de leptina indican una mayor regulación del peso corporal, ya que altos
niveles son propios de personas obesas que se han hecho resistentes a la misma, es decir, a
pesar de que tengan altos niveles de leptina, no se reduce la sensación de saciedad.
Aumentos en los niveles de grelina serían perjudiciales para la regulación del peso corporal
porque indicarían un aumento del apetito.

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