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Santo Domingo.- Los alimentos ultraprocesados son malos para algo más que la cintura: una nueva investigación muestra que parecen aumentar el riesgo de ACV y problemas de memoria o pensamiento relacionados con la demencia.
Un aumento del 10 por ciento en la cantidad de alimentos ultraprocesados que come una persona se asocia con un riesgo un 16 por ciento más alto de problemas cognitivos, encontraron los investigadores.
Del mismo modo, una mayor ingesta de alimentos ultraprocesados está relacionada con un aumento del 8% en el riesgo de accidente cerebrovascular, según muestran los resultados.
“Nuestros hallazgos muestran que el grado de procesamiento de los alimentos juega un rol importante en la salud general del cerebro”, señaló el investigador , el Dr. W. Taylor Kimberly, neurólogo de cuidados críticos del Hospital General de Massachusetts, en Boston.
Los alimentos ultraprocesados suelen ser alimentos hechos en fábrica que contienen altos niveles de azúcar, grasa y sal. Son un mosaico de ingredientes, aditivos y conservantes diseñados para darle sabor y vida útil.
Algunos ejemplos son los nuggets de pollo, las comidas congeladas, las salchichas, las sopas enlatadas, las patatas fritas, los refrescos, los cereales azucarados para el desayuno, los helados, los panes envasados y los condimentos como la salsa de tomate y la mayonesa.
Los alimentos ultraprocesados ya se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes tipo 2, según la Clínica Cleveland.
En este estudio, que aparece en la edición del 22 de mayo de la revista Neurology, los investigadores compararon la ingesta de alimentos ultraprocesados con la de alimentos no procesados o mínimamente procesados, como verduras, frutas y cortes simples de carne de res, cerdo y pollo.
“Aunque una dieta saludable es importante para mantener la salud del cerebro entre los adultos mayores, las opciones dietéticas más importantes para el cerebro siguen sin estar claras”, dijo Kimberly.
Los investigadores reclutaron a más de 30,000 personas blancas o negras de 45 años o más, y les pidieron que completaran cuestionarios sobre lo que normalmente comen o beben.
Los investigadores utilizaron las respuestas para calcular la cantidad de alimentos ultraprocesados que había en la dieta diaria de cada persona, en comparación con las opciones más saludables.
Unos 14,000 participantes fueron seguidos durante un promedio de 11 años para el deterioro cognitivo, y más de 20,000 para el ACV.
“Hallamos que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se asoció con un riesgo más alto tanto de ACV como de deterioro cognitivo”, señaló Kimberly en un comunicado de prensa de la revista.
Por otro lado, comer alimentos no procesados o mínimamente procesados se vinculó con un riesgo un 12 por ciento más bajo de problemas cerebrales y un riesgo un 9 por ciento más bajo de accidente cerebrovascular.
Los alimentos ultraprocesados tuvieron un efecto aún mayor en los participantes negros, aumentando su riesgo de accidente cerebrovascular en un 15 por ciento.
“Se necesita más investigación para confirmar estos resultados y para comprender mejor qué alimentos o componentes de procesamiento contribuyen más a estos efectos”, dijo Kimberly.