Cómo ser un buen padre

Compraba en el supermercado, cuando me detuvieron dos señoras para obsequiarme una revista cuyo tema principal era “cómo ser un buen padre”. Para motivarme a leerla, se remontaron a la Biblia, me hablaron de Jesucristo, los evangelios…

Compraba en el supermercado, cuando me detuvieron dos señoras para obsequiarme una revista cuyo tema principal era “cómo ser un buen padre”.
Para motivarme a leerla, se remontaron a la Biblia, me hablaron de Jesucristo, los evangelios de Mateo, Pablo, etc.., hasta que decidieron terminar la prédica y entregarme el material. Les prometí leerlo y así lo hice. La verdad es que nunca me había detenido a pensar en las cualidades que debe tener un hombre para ser considerado un buen padre. Por una de esas jugadas del destino, me tocó guiar prácticamente sola la formación de mis hijos. Jamás se me ocurrió ocupar el lugar de su padre y menos  pensar en que podíamos tener diferencias en el enfoque para educarlos.

Obviamente, cuando los padres están separados, pueden surgir dificultades en el proceso de formación de los hijos, si no hay acuerdos en las metas, principios, métodos y  prioridades para educarlos. También depende de la conducta responsable del padre. Es increíble, pero algunos olvidan completamente su rol. A otros se les dificulta actuar porque la madre, les dificulta o bloquea la tarea. Bueno,  la revista dice que para ser buen padre, hay cinco aspectos básicos que deben seguirse, entre ellos sacar tiempo para la familia.  Aconsejan saber comunicarse con los hijos. Deben escucharlos calmadamente, como quien tiene todo el tiempo para hacerlo. Que sientan que lo que dicen es de mucho interés y responderles adecuadamente. También dice que una de las mejores lecciones que un padre da a los hijos es respetar a su esposa o compañera. Ayudarla, ser gentil hasta en los momentos de tomar la más difícil decisión. Eso les proporciona a los hijos un  ambiente agradable para crecer.

Afirman con vehemencia, que el más hermoso y valioso legado que le puede dejar un padre a sus hijos es que amen a Dios. Que crean en Dios y confíen en Él por encima de todo. Me gustó esta lectura. Estoy de acuerdo con estos planteamientos. Hay padres que son buenos suplidores de cosas materiales. Se concentran tanto en la envoltura que dañan el contenido. Afortunadamente, son más los padres que se empeñan en cuidar a sus hijos, dejando huellas positivas en su mente, formando personas de bien.

Esta revista hace un llamado: ¡Despertad! a cuidar el alma de los hijos, no solo con teorías, sino enseñando con la práctica. No importa en el país o escenario donde se encuentren, aplicarán los principios morales aprendidos, en todas las acciones de su vida. Es el tesoro más valioso que se les da a los hijos, lo llevan por doquier y nadie se lo puede quitar. En el momento de tomar decisiones, todo lo que se aparte de esos valores, debe revisarse.

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