Con el día de los Santos reyes, se da por terminado el período festivo. Ya el año arrancó y como suele decirse, es tiempo de trabajar.
Este es un año muy importante, y no debe perderse ningún minuto. El proceso electoral se acelerará y el accionar político impactará la cotidianidad.
Debemos mirar el período desde una perspectiva positiva. La República tiene muchas metas y con la campaña será necesario que todos utilicemos el tiempo de la mejor forma.
El año no sólo debe servir para renovar las autoridades del gobierno. Debe ser también para mantener el trabajo y aumentar la producción, a todos los niveles.
Los primeros meses serán bien dinámicos. La política, contrario a lo que se dice, suele estimular ese dinamismo. Los sectores productivos deben empujar para que durante los primeros cuatro meses se mantenga la cultura del trabajo.
También eso aplica hasta para quienes hacen campaña.
Las autoridades nacionales tienen muchas tareas pendientes. En los casi ocho meses que les queda deben concentrarse en concluir obras fundamentales. Si es así, el tiempo es de mucho valor.
No pueden desperdiciarlo, para nada. Cada día cuenta. Los primeros cinco meses son capitales, pues luego viene la larga transición, durante la cual debe prevalecer la dignidad del ejercicio del gobierno en el marco de la institucionalidad.
En una palabra, el país está llamado a trabajar duro y no perder tiempo. Ni siquiera quienes aspiran a gobernar pueden distraerse. Todo el mundo debe hacer su tarea.
Recuérdese muy bien que cuando se llega al poder es necesario aterrizar los planes y orientar el rumbo. Para eso también es importante concentrarse en la misión a cargo.
De modo que este año no es de fiesta. Es de acción, de acción política y de trabajo, mucho trabajo.