Los valores de la Nación dominicana se han construido a partir de la proclamación de la Independencia Nacional o la Separación de Haití y la lucha contra España por la Restauración de la República. Más modernamente, los valores de Nación se renovaron en una parte de los dominicanos, durante la Revolución de Abril de 1965, cuando un movimiento de defensa de la constitucionalidad fue ahogado en sangre por la intervención de tropas norteamericanas.
Pero en ese tránsito de la vida nacional, desde la proclamación de la Nación hasta 1965, la República sufrió la primera intervención militar norteamericana que se prolongó desde 1916 hasta 1924. Dejó huellas terribles que siguen incidiendo en la vida de los dominicanos.
Sin embargo, ese vergonzoso período pasa desapercibido en el imaginario popular. Ayer, 12 de julio, casi sigilosamente se conmemoró el 89 aniversario de la salida de las tropas norteamericanas. Sólo la Fuerza Nacional Progresista (FNP) lo recordó con una ofrenda floral en el Panteón Nacional.
La intervención de 1916 tuvo mucho más impacto en el devenir histórico que la de 1965, y sin embargo, los dominicanos no hacemos lo suficiente para desentrañar los factores que la originaron. Creemos que nunca más tendremos un azar de esa naturaleza, pero no hay que olvidar las causas que lo posibilitaron.
Una profunda división de la Nación que imposibilitaba el desarrollo de sus instituciones y la gobernabilidad era la excepción, de forma tal que desde el 1900 hasta 1916 pasaron por el poder 14 presidentes. El país quedó en manos de Estados Unidos y sus capitalistas por el alocado endeudamiento y una coyuntura internacional favorable a su dominio.
La larga presencia norteamericana devino en la expansión de sus capitales, la implantación de una estructura de dominación con un fuerte arraigo militar y un precario modo de producción. Las instituciones heredadas colapsaron prontamente y 6 años después empezaría la más larga noche de la vida dominicana: 30 años de dictadura trujillista.
El 12 de Julio debe ser recordado para que nunca más tengamos que organizar una resistencia contra cualquier forma de dominación extranjera.
