INTRODUCCIÓN
Quiero tocar ahora “quince definiciones o características del amor”. Están tomadas literalmente del capítulo 13 de la 1ª Carta de San Pablo a los Corintios, versículos 2-7.
Las reproduzco de mi pequeño libro “Familia sin crisis”. Se me ocurrió volver a difundirlas de nuevo, ampliamente, con motivo de la clausura de este Mes de la Familia, noviembre 2013. Este texto paulino, al que nos referimos, es un verdadero himno al amor y a la centralidad de éste en la vida de las personas y de la historia humana. Para Pablo, y con él para el cristianismo, todo lo existente o por existir se fundamenta en el amor y está relacionado con él. Dice textualmente en el capítulo citado, versículos 1-3: “Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, nada me aprovecha”.
Afirma todavía más: “El amor no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia” (versículo 8). “Ahora subsisten la fe, la esperanza y el amor, estas tres. Pero el mayor de todos ellos es el amor” (versículo 13).
Con frecuencia me acontece que las jóvenes parejas me piden que sea leído este texto paulino en las celebraciones de su Matrimonio por la Iglesia. Es muy diciente para ellos, particularmente las quince características o definiciones del amor. Y expresan muchas veces verbalmente su motivación, con estas u otras palabras: “Nosotros queremos que nuestro matrimonio dure para siempre. Por eso queremos hacer nuestras esas quince condiciones para que nuestro amor y nuestra familia permanezca”.
Hélas, pues, aquí, acompañadas de una breve explicación:
1- El amor es paciente. Esta definición del amor une a éste con la paciencia, la cual consiste en “la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse” (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Citado de ahora en adelante sólo como “Diccionario”). Así amar es saber padecer sin perder la calma. No es una actitud pasiva sino proactiva: no se altera, para manejar mejor las palabras o acciones ante determinada situación.
2- El amor es servicial. Con esta definición se está diciendo que el que ama “sirve con cuidado, diligencia y obsequio”, “que está pronto a complacer y a servir a otro” (Diccionario). Por otra parte, “servir es estar sujeto a alguien por cualquier motivo haciendo lo que él quiere o dispone” (Idem). Ese motivo en el amor no es el dinero ni la esclavitud, sino la entrega libre y generosa a la otra parte. El amor, por ser servicial, es amable, bondadoso y está dispuesto a realizar por el amado o amada acciones pequeñas o grandes, sencillas o encumbradas.
3-El amor no es envidioso. La envidia es uno de los siete pecados capitales, es decir, cabeza y causa de otros muchos pecados y males. La envidia se define como “la tristeza o pesar del bien ajeno”, (Diccionario). El no envidioso, por el contrario, ve en los bienes o cualidades del otro un complemento de los propios bienes y cualidades y se alegra por ello.
4- El amor no es jactancioso. La jactancia consiste en la “alabanza propia, desordenada y presuntuosa” (Diccionario); jactarse dicho de una persona, es “alabarse excesivamente y presuntuosamente, con fundamento o sin él, y aún de acciones criminales y vergonzosas” (Ibidem). El jactancioso es presumido, fanfarrón y no tiene en cuenta al otro. En contraposición a la jactancia, en el amor, la persona se presenta en su desnuda verdad, tal cual es.
5- El amor no es orgulloso. Muchos apelativos pueden definir el orgulloso: es “arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulada por nacer de causas nobles y virtuosas” (Diccionario). Es, además, suficiencia, soberbia, altivez, endiosamiento, engreimiento, ínfulas, pedantería, petulancia.
6- El amor no es grosero. La grosería es “descortesía, falta grande de atención y respeto. Tosquedad, falta de finura” (Diccionario). Se aplica aquel que es “basto, ordinario y sin arte”, “el que no observa decoro ni urbanidad” (Ibidem). Contraria a la grosería es la delicadeza.
7- El amor no es egoísta. El egoísmo se caracteriza por un “inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidar de los demás” (Diccionario). Si hay un antónimo por excelencia del egoísmo es el mismo amor. Por eso no busca su interés. Al contrario, busca el interés de la persona amada. De ahí también que al amor lo acompañan la abnegación, el altruismo, la solidaridad. El egoísta carece de estos valores y virtudes.
8- El amor no se irrita. La ira, la rabia, el furor, es uno de los sentimientos que más daña a la persona y a los demás. Por eso se aconseja que en momentos de irritación se debe guardar calma y no hablar, porque, cuando se está airado, se dicen cosas sin control y ofensivas, de las cuales uno se arrepiente más tarde. La ira puede llevar a la violencia verbal y física, e incluso al apetito y deseo de venganza. El desacuerdo entre los amados se da y se dará. Pero ese momento ha de estar acompañado de paciencia y serenidad.
9- El amor no toma en cuenta el mal. De ahí que el amor no guarda rencor ni apunta, como si llevara una lista de ellas, las ofensas. El amor va unido necesariamente a la capacidad de perdonar siempre. Sin el perdón en toda ocasión, sea más tarde o más temprano, ninguna relación de amor, sea entre dos personas, familiar, amistosa, de grupo o comunitaria, puede mantenerse en pie. Siempre habrá ofensas, por eso “el amor no toma en cuenta el mal” y trata de no condenar ni vengarse, sino condonar, dispensar, exonerar, dialogar y buscar soluciones a los conflictos ofensivos.
10- El amor no se alegra de la injusticia. La justicia es una virtud que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. Se equipara a la equidad. No es justo ni equitativo negarle a alguien lo que es suyo y peor aún alegrarse de ello.
11- El amor se alegra con la verdad. “La verdad os hará libres”, dice Jesucristo (Juan 8, 32) y el mismo Pablo afirma en otra parte que hay que ejercitar “el amor en la verdad” (Efesios 4, 15). La mentira, el engaño, hipocresía, en cualquier relación humana crean desconfianza e inseguridad, cuanto más en cualquier relación de amor. La verdad es fundamental para que los amados se muevan en libertad entre ellos. Quien habla de verdad habla de sinceridad. La verdad alegra al que la escucha y permite perdonar, si el hecho en cuestión ha sido ofensivo. La doblez en cambio entristece y no permite un manejo sabio de los hechos.
12. El amor todo lo excusa. El que ama siempre piensa bien del otro. No le imputa maldad o mala intención al cometer un fallo, un error o una falta grave. Encuentra alguna excusa no para justificar, sino para explicar. No le llamará “malo”, sino “débil”. Dirá de él: “tuvo una conducta inadecuada”. Cuando no se ama, se ataca, se critica, se hiere, se le juzga mal al otro. El amor que excusa es aquel que no echa tierra a los hechos ni a la verdad, sino aquel que no condena, no critica, no se queja.
13. El amor todo lo cree. Creer es tener por cierto algo que no se ha visto, ni oído ni palpado. Porque se fundamenta en la verdad, el amor todo lo cree; y dice: Si me ama, ¿por qué me ha de engañar? Si me ama, ¿por qué me ha de dañar? Si me ama, ¿por qué no aceptar sus razones?
14- El amor todo lo espera. Unida a la fe, al creer, está la esperanza en el amor. Por la esperanza se mantiene la ilusión y “se nos presenta como posible lo que deseamos” (Diccionario). La esperanza, además, da confianza, seguridad, optimismo y abre perspectivas de futuro.
15- El amor todo lo soporta. Soportar en su sentido primero y general significa “sostener o llevar sobre si una carga o peso” (Diccionario). En su sentido espiritual, en el que lo usa Pablo, significa “sufrir, aguantar, tolerar” (ibídem). El sentido espiritual, incluye aquel sentido primero, de “sostener o llevar sobre sí una carga o peso”, pero con sufrimiento. Al decir “el amor todo lo soporta” se está diciendo que amar es también aguantar, sobrellevar, transigir, conformarse.
CONCLUSIÓN
CERTIFICO que mi ensayo “15 Características del amor” fue publicado por primera vez en el año 2009 en mi libro “FAMILIA SIN CRISIS”, del cual han circulado ya varias ediciones.
DOY FE en Santiago de los Caballeros, a los veintiún días del mes de noviembre del año del Señor dos mil trece (2013).