Un 16 de agosto con nuevo Presidente

El pasado jueves 16 de agosto celebramos el 147 aniversario de la Restauración de la República, confundido hasta oficialmente con el…

El pasado jueves 16 de agosto celebramos el 147 aniversario de la Restauración de la República, confundido hasta oficialmente con el Grito de Capotillo, punto de partida de la guerra de guerrillas que terminó con la presencia de las tropas y gobierno de España en la deshonrosa “anexión” como “Provincia Ultramarina”, pactada con Isabel II a espaldas del pueblo dominicano. Coincidiendo con esta fecha, cada cuatro años, la proclamación del Presidente y Vicepresidente de la República ante la Asamblea Nacional.

En esta ocasión Danilo Medina Sánchez como mandatario, nacido el 10 de noviembre de 1951, sanjuanero de Arroyo Cano, Bohechio, y Margarita María Cedeño Lizardo, como vicegobernante, capitaleña nacida el 1 de mayo del 1965.

Medina resulta el presidente 71 en 168 años de vida republicana, incluidos períodos de anexión e intervención extranjera. Con el 51% de los votos de cerca de 4.5 millones que sufragaron, se proclama Presidente de los cerca de 10 millones de dominicanos. Su discurso de toma de posesión es una pieza de filigrana social, positivamente valorado por analistas de todos los flancos políticos, empresariales, académicos, laborales, profesionales, etc.

Recoge a grandes rasgos, lo que constituye la médula de su intención como gobernante, propósito estructurado en un Programa de Gobierno con marcado énfasis en transformaciones sociales que tiendan a equilibrar los graves desajustes e inequidades que matizan la vida dominicana. Fueron destacados los llamados “ejes transversales”, líneas madres relacionadas, que tocan a varias instancias del poder, con propósitos comunes, esfuerzos coordinados y acciones dirigidas en un solo sentido e íntimamente relacionadas.

Peculiar cambio de mandos con el mismo partido como andamiaje de sustentación y con el conveniente apoyo del presidente saliente, Leonel Fernández, quien es además, presidente del PLD. “Corregir lo que está mal” representa cambios en lo heredado en el accionar gubernamental; “continuar lo que está bien” es un reconocimiento al legado positivo; “hacer lo que nunca se ha hecho” es la suma de propósitos encaminados al bien común, a mejorar condiciones de vida, lemas de campaña que además de ejes programáticos, serían puntos nodales dede acciones oficiales. Reclama Medina la colaboración que precisa para emprender acciones, cambios que habrán de producir naturales resistencias, a ser amortiguadas con la búsqueda de difíciles consensos y transparencia de propósitos, en un enrarecido ambiente externo de economía convulsa, muy susceptible a improvisaciones e iniciativas teóricas, para ser manejado por experimentados y probados. Es tiempo de esperanzas renovadas.

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