El 44% de la matrícula de la UASD estudia en centros regionales

Popularmente, se dice que el egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) obtiene dos títulos: Uno que lo faculta para ejercer como profesional y otro que le sirve para enfrentarse a la vida. Para muchos de sus estudiantes el simple&#8230

Popularmente, se dice que el egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) obtiene dos títulos: Uno que lo faculta para ejercer como profesional y otro que le sirve para enfrentarse a la vida. Para muchos de sus estudiantes el simple hecho de estudiar es un reto: por lo general necesitan trabajar, y para llegar a un aula acalorada y sentarse en una butaca con tornillos sueltos tienen que salir de su barrio y recorrer largas distancias, incluso, a veces, salir de sus pueblos. En el país existen jóvenes que sencillamente no podrían educarse si no existiera en su región un circuito universitario público: es así, como las extensiones de la Primada de América cobran importancia.

Hoy, son más de 76 mil los alumnos de los centros universitarios, de 171 mil 199 que tiene la academia; o lo que es lo mismo, el 44% de la matrícula de la UASD. Una cifra interesante si tomamos en cuenta que en el país existen 31 universidades y la academia pública recibe aproximadamente al 50% de los universitarios. Estas extensiones de la UASD surgieron en los años 70. Sin embargo, tener décadas educando a los jóvenes del interior no ha bastado para superar sus dificultades de origen. Han sido los “profesores viajeros” los responsables de hacer posible que estos circuitos universitarios sobrevivieran.

Los “viajeros” son los docentes que se trasladan de una ciudad a otra para impartir clases en los centros universitarios de la UASD y cuentan con una cuota que cubre la comida, transporte y la estadía. Por lo general, marchan desde Santo Domingo los fines de semana.

La permanencia de estas figuras demuestra que la falta de profesores sigue siendo un problema de la sede y sus extensiones. ¿Una consecuencia? Imaginemos que una estudiante del Centro Universitario Regional de La Vega tiene programado en su pensum cursar ocho materias en el próximo semestre.
Tres de las sesiones proyectadas se llenan y otras dos tienen horarios similares en el fin de semana. Todo esto implica que la joven no podrá inscribir sus ocho materias y, por consiguiente, las irá acumulando para el próximo período, cuando también se espera que suceda lo mismo. Superar esta situación es el principal reclamo de cualquier universitario de los centros: “Hay materias con una sola sesión y en un período te pueden tocar tres con el mismo horario”, comenta el estudiante de publicidad Jordán de la Cruz, de 21 años, en Santiago.

Fernando Bonilla, secretario general de la Federación de Estudiantes Universitarios (FED) en el Recinto Santiago, menciona que la falta de profesores es el principal problema allí. “Si vienes recurrentemente te darás cuenta de que la mayor concentración de estudiantes se da en el fin de semana”, que es cuando llegan los profesores viajeros.

La cantidad de maestros de la UASD asciende a los 2,635, de los cuales 1,150 son viajeros, de acuerdo a estadísticas manejadas por el maestro Juan Tomás Olivero, quien fue director durante cinco años de la Oficina Técnica de Apoyo a los Centros y Subcentros Universitarios. En la actualidad existen los dos recintos universitarios de San Francisco de Macorís y Santiago, 13 centros y tres subcentros. En todos estos circuitos existen más profesores viajeros que residentes. Es así como en Puerto Plata viven 26 profesores y otros 79 viajan, y en Bonao, hay 207 académicos y solo 39 son residentes, de acuerdo con cifras del departamento de Informática de la UASD publicadas en “Reflexiones al salir de la Academia”, de Mateo Aquino Febrillet. Los viajeros son consecuencia de la concentración de profesionales en la capital y de la política de elección de los maestros que, para concursar, tienen que obligatoriamente trasladarse a la sede.

¿Están los recintos mejor equipados?

En el pasado, estos centros operaban en escuelas y propiedades privadas prestadas. Hoy en día, los campus regionales de la UASD son atractivas infraestructuras equipadas, por lo general, de laboratorios, aulas de postgrados, biblioteca, economato, auditorio y oficinas administrativas. Cualquier aula del Recinto Universitario de Santiago y el Centro de Higüey está en mejores condiciones que una de la Facultad de Humanidades, en la sede de la UASD, donde la falta de butacas obliga a los estudiantes de la capital a cargar con ellas de un aula a otra o de una planta a otra.

Sin embargo, las extensiones de la UASD se enfrentan a sus precariedades. En Higüey, por ejemplo, la biblioteca no tiene todos los materiales que los estudiantes solicitan como parte de la bibliografía de su carrera, y existen cuatro laboratorios de informática, pero uno de ellos no tiene computadoras y el otro, menos de la mitad de las que debería. En Santiago, algunas aulas se seccionaron en dos por la falta de espacios.

El consultor de la rectoría uasdiana y miembro del Consejo Nacional de Educación Superior, Jesús de la Rosa, entiende que las deficiencias de los recintos son las mismas a las que se enfrenta la UASD, “porque prácticamente son universidades, pero dependen de la sede”. La independencia de estos centros es un reclamo común de los educadores y líderes estudiantiles, que piden mayor autonomía para agilizar los procesos académicos. En todo caso, los catedráticos aseguran que la presencia de estas unidades académicas facilita el progreso económico en República Dominicana. El maestro Juan Tomás Olivero define bien el papel de estas extensiones: “Son puertas para el desarrollo que permiten el crecimiento equilibrado del país”.

Más de 28 mil alumnos en dos recintos

San Francisco de Macorís y Santiago tienen la mayor cantidad de maestros, pero esta cifra no es una coincidencia: Son los dos circuitos regionales de la UASD con mayor número de estudiantes. Actualmente, la cantidad supera, entre ambos, los 28 mil matriculados, lo que equivale a sumar los estudiantes de la PUCMM, Intec, Unibe y la UNPHU, si tomamos las últimas cifras (2010-2011) del informe de estadísticas del MESCyT. Es por esto, que estas dos unidades académicas tienen el carácter de recinto universitario y, en consecuencia, la capacidad para realizar en forma más descentralizada las actividades docentes de grado y posgrado, de investigación, de extensión y de administración. Es así también, como se demuestra que la presencia de las universidades en los pueblos genera mayor número de profesionales que se quedan laborando en su ciudad y aportando para su desarrollo. “Las universidades locales han sido hechura del trabajo mancomunado de esos profesores que se desplazan los fines de semana y la acción de los residentes. Ellos han hecho posible todas estas universidades que nosotros tenemos”, concluye el maestro Rodríguez Martínez.

Opinión

Rafael Darío Genao
Director de los Centros Universitarios
“Tenemos el gran reto de lograr disminuir la tasa de deserción de los centros. Debemos ser más eficientes en los procesos académicos y administrativos para evitar que a los alumnos se les dificulte seguir estudiando.

Genaro Rodríguez Martínez
Director del recinto Santiago UASD
“En la actualidad, los maestros no solo viajan de la capital a otras ciudades, sino que se trasladan de Mao a Santiago, a San Francisco… De Bonao a La Vega, y así es como ocurre todo un cruce entre las ciudades”.

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