Hoy aprovecho la oportunidad para honrar a todas las mujeres del pasado y presente que han trabajado incansablemente por los derechos de la mujer.
Para mí, hoy es un día para celebrar los aportes vitales de las mujeres en sus familias, comunidades y en la sociedad.También es una ocasión para centrarnos en los desafíos actuales que estamos experimentando, renovar compromisos y medidas urgentes para implementar mejoras en la igualdad, salud, educación, seguridad personal, participación laboral y los derechos humanos de mujeres y niñas.
Hoy las mujeres seguimos queriendo flores pero también pan. Como en el 1908, las mujeres seguimos pidiendo mejores condiciones laborales, mejores salarios, más participación política en la toma de poder.
Creo apasionadamente que la solidaridad de los hombres y las mujeres es un factor vital en el camino hacia la igualdad, en la construcción de un nuevo modelo de socialización de roles de género, en la creación de una legislación que apoye y proteja realmente los derechos humanos de las mujeres y niñas. Utilizando al máximo el poder de la solidaridad podemos transformar esperanzas y sueños en realidades que brinden una sociedad más incluyente, más humana.
Soy orgullosamente una mujer comprometida con la mujer, con nuestra lucha por un mundo más amoroso, más tolerante, más solidario, donde la paz sea el resultado del diálogo entre mujeres y hombres.
Hoy te invito a que juntas sigamos dando pasos y creando puentes, porque la igualdad no es un sueño, se consigue con tesón y perseverancia de mujer.
