El examen de la economía dominicana en lo que va de año realizado por el equipo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) presenta un panorama que en general se puede considerar alentador, pues “se prevé una recuperación gradual del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real en el resto de 2013 para un crecimiento anual del 2 por ciento que llegará a 3.6 por ciento en 2014”.
Asimismo, reconoce que “el reciente aumento en las reservas internacionales, el acuerdo preliminar para modificar los impuestos a las exportaciones de oro y el menor déficit fiscal han reducido las vulnerabilidades a corto plazo”. Sin embargo, advierte lo siguiente: “pueden surgir riesgos externos importantes en el entorno internacional. Choques externos adversos podrían reducir los flujos de comercio y turismo, las exportaciones de oro podrían bajar, o los recientes flujos de capital podrían revertirse”.
El tema no deja de ser inquietante. Cuando se habla de riesgos externos hay que pensar en el impacto que podrían tener en la economía dramáticas modificaciones en los precios del petróleo. Esta semana hemos visto cómo el petróleo sobrepasó los US$100 en el mercado de Nueva York. Analistas internacionales están persuadidos de que algunos acontecimientos como la guerra civil en Siria no se han reflejado en los precios del petróleo porque Estados Unidos ha aumentado su capacidad de producción y está recurriendo a medios alternativos que han disminuido las presiones del mercado, al margen del desempeño de la economía asiática.
A estas preocupaciones hay que agregar el dato inocultable de que Venezuela no podrá continuar financiando el 15% de la factura petrolera dominicana en los términos que conocemos. Veinte años para pagar y tasa de interés de 1% es insostenible hoy, ha planteado abiertamente el ministro de Industria y Comercio. República Dominicana es el principal deudor de los países centroamericanos y caribeños favorecidos por Venezuela.
Aunque la economía debe ser vista en su conjunto, no está de más tener en cuenta estas observaciones y adoptar previsiones. Es como para abrir bien los ojos.
