Parte el alma ver a personas no videntes que transitan en la vecindad de la Escuela Nacional de Ciegos, exponerse al peligro del tránsito vehicular, a causa del desorden que prevalece con las aceras. Obstaculizadas de mil maneras por el uso particular de residentes, vendedores callejeros o negocios, los peatones no pueden transitar libremente por las aceras. Imagínese la aun más grave situación de los ciegos. Maniobran con el bastón para no terminar en un hoyo o golpeados con un tarantín, botes de basura, materiales de construcción y más cosas. Se tiran a la calzada, arriesgándose a ser atropellados. Las autoridades deben funcionar, los ciudadanos cooperar. Por los más vulnerables, desocupemos las aceras.
Aceras y ciegos
Parte el alma ver a personas no videntes que transitan en la vecindad de la Escuela Nacional de Ciegos, exponerse al peligro del tránsito vehicular, a causa del desorden que prevalece con las aceras. Obstaculizadas de mil maneras por el uso particular