BUENOS AIRES— El choque de un camión con una camioneta en una ruta de la provincia de Buenos Aires causó ocho muertos, cinco de ellos niños de entre 7 y 12 años.
El accidente entre el camión que transportaba láminas de metal y la camioneta que llevaba a los menores ocurrió en la noche del jueves en la ruta 7, una de las más peligrosas y transitadas, a 180 kilómetros al oeste de Buenos Aires. Los niños volvían desde la capital al pueblo de Banderaló, situado en el partido de General Villegas.
Al parecer el conductor del camión que llevaba un remolque rozó la banquina (uno de los márgenes de la calzada para peatones), perdió el control del vehículo y se cruzó delante de la camioneta que venía de frente, con la que impactó de lleno, según dijo al canal Todo Noticias (TN) el alcalde de General Villegas, Gilberto Alegre.
Todos los chicos fallecidos acudían a la misma escuela en Banderaló e integraban a su vez un equipo de fútbol de esa localidad; habían ido a participar en una jornada deportiva organizada en el club Racing de Avellaneda de Buenos Aires.
Entre los tres adultos que murieron estaría el chófer de la camioneta. En tanto, el conductor del camión está internado con fracturas.
El hecho se produjo un día después de que seis niñas y dos adultos murieron tras ser embestido por un tren de carga el autobús escolar en el que viajaban en la provincia de San Luis, en el oeste argentino. El vehículo fue impactado por la formación al cruzar las vías ferroviarias y su conductor iba escuchando música con audífonos.
Los siete heridos de gravedad — cuatro menores y tres adultos — están ingresados en un hospital de Chacabuco, localidad cercana al lugar del accidente, y en otras poblaciones de la zona.
Alegre indicó que el lugar de la ruta nacional 7 donde ocurrió el accidente «es muy riesgoso». Hay un tramo en el que se que se está realizando «una reparación de banquinas y quedan pozos muy profundos», señaló.
El intendente también dijo que al parecer «la combi» que transportaba a los niños «iba a mucha velocidad».
Alicia Castignani, directora de la escuela de Bandealó a dónde acudían en distintos grados los niños fallecidos, afirmó que «fue un golpe muy duro, porque todas las familias que viven aquí mandan a sus hijos a la única escuela. Nos conocemos todos», señaló a TN.
