Afortunada

Somos pueblo muy creyente en la suerte. Una antigua empleada doméstica mía solía expresar “hasta los animales tienen que nacer con suerte”, ante el buen vivir de mi gata. Un reciente episodio comprueba eso: Al condominio donde reside un sobrino mío fue a parar una gata callejera preñada; parió ahí y fue acogida junto con sus bebés por mi pariente. Se decidió castrarla para que no pariera más y entonces los veterinarios descubrieron que llevaba en su vientre una cría que no llegó a salir, lo que la tenía enferma de muerte. Fue curada, ese desamparado animalito encontró acogida y salvación. Pienso en ello y concedo razón a mi ex empleada. ¡Ya quisiera yo tener la suerte de esa gatita!