En el artículo anterior, comentamos el proceso de Revisión y Actualización Curricular en curso desde el Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD).
Detallamos los antecedentes y el contexto del proceso, así como los elementos básicos de los niveles completados, y terminamos afirmando que la educación dominicana preuniversitaria tiene un Norte (recordemos que la ausencia de ese Norte, se utilizó como argumento por algunos políticos, empresarios y periodistas poco edificados para justificar la no asignación del 4 por ciento del PIB aprobado por ley para inversión en educación). No solo poseemos ese Norte, sino también la propia Constitución, leyes orgánicas, el Plan Decenal de Educación, la Estrategia Nacional de Competitividad, la Iniciativa Dominicana para una Educación de Calidad (IDEC), los informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y, más recientemente, el Pacto para la Reforma Educativa, que establecen los compromisos desde el gobierno central, ministerios y actores del sistema y subsistemas, para lograr una educación preuniversitaria y universitaria con equidad y calidad.
En ese sentido, ya podemos citar esfuerzos valiosos de concreción, como la convocatoria de la Dirección de Evaluación de la Calidad para elaborar su Plan Estratégico 2015-2030, que implicará la reflexión y el replanteamiento de nuestro sistema de evaluación (compromisos del 6.3 al 6.6 del Pacto). Asimismo, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo está articulando el inicio de estudios prospectivos sistemáticos, sectoriales y regionales, que determinen los requerimientos de recursos humanos de los diferentes niveles que demanda el desarrollo de la nación (compromiso 4.1). Igualmente, desde el Instituto Nacional de Formación del Magisterio (INAFOCAM), fundamentándose en su Marco de Formación Continua, se implementa una Estrategia de Acompañamiento a dos distritos educativos de Santo Domingo, con el objetivo de proveer un crecimiento profesional contextualizado a sus docentes (compromisos del 5.1.1 al 5.1.4). Hay muchas otras iniciativas generadas desde las responsabilidades legales que se comparten (Estado, ministerios, escuelas y sus actores), hasta las responsabilidades ciudadanas que suscribimos como firmantes del Pacto, como familia o como miembro de una comunidad. Ahora bien, necesitamos trazar una ruta para la viabilización de las metas, de manera que, estrategias, personas, recursos y voluntades se articulen eficientemente en un tiempo razonable e inicien la implementación organizada e integral de la agenda educativa. l
