Azua. Si alguien quisiera ver cómo se consume alcohol cerca de un colegio electoral, entonces debe dirigirse a varios puntos de esta provincia.
Y uno esos puntos es precisamente el parque ubicado frente al Liceo Antonio Ramírez, donde por la cantidad de sillas ubicadas, las neveritas cargadas de hielo que llegan y las botellas que se ven cruzar, todo indica que antes que concluya el proceso electoral podría haber algunos borrachos.
Hasta las 2:30 de la tarde la jornada electoral ha transcurrido con calma y solo algunos inconvenientes se han presentado, pero han quedado resueltos.
Por aquí la gente ha tomado con seriedad las votaciones, pero ha habido espacio para relajarse. «Yo tengo el pico como un tirapiedra, y eso que no he elegido a nadie aún», sostiene Lidia Guzmán, ubicada en las afueras de la Escuela Básica Guanábano, de Azua.
Como ella, hay otras personas violentando las disposiciones de la Ley Electoral.
En distintos puntos se observan galones de vinos, litros de ron y botellas de cervezas. «Aquí los candidatos son tacaños. Nosotros mismos estamos pagando el consumo», dijo a modo de broma uno de los consumidores.
A pesar de esa situación, varios observadores acreditados elogiaron la marcha del proceso hasta ahora.
En Azua están hábiles para votar 148,957 personas.
