Uno de mis más soñados sueños ha sido siempre, el de la alfabetización de los dominicanos, y estoy segura de que este es un sueño compartido por la mayoría de los dominicanos progresistas, inteligentes y sabedores de que no se puede hablar con seriedad de progreso económico y social del pueblo, mientras este renglón no esté cumplido.
Bien por Danilo, que haya empezado por ahí, y nosotros debemos ser los más entusiasmados, enfebrecidos alfabetizadores que necesita la patria, seamos los voluntarios abnegados y respetuosos que ahora necesita la nación, demos un paso al frente y logremos juntos el sueño redentor de vencer la oscuridad del pensamiento y las ideas, para que no haya un solo adulto en nuestra isla que no sepa leer y escribir.
En todos estos años transcurridos mirando la experiencia de otros pueblos que vencieron este delicado renglón de su desarrollo recordaba la experiencia cubana que en las narices del mundo, con una situación tan precaria y llena de dificultades, en los mismos albores de su revolución, lo inició y lo cumplió y como esta hermana nación, otras patrias lo lograron con su probado modelo de alfabetización.
Quienes escriben o hablan del proyecto de alfabetización con cuestionamientos políticos usualmente bañados con el peor tinte del sectarismo, deben bajar sus banderas e inclinarse ante un proyecto nacional que es para todos.
Solo así lograremos saltar por encima de la ignorancia dejándola finalmente de lado.
Hoy, que retoña la esperanza, saludamos con fe y gran entusiasmo esta iniciativa que el Presidente Danilo Medina ha echado andar, y nos sumamos a la labor común de cuidar este sueño sabedores de que ha llegado la hora de conquistar esta batalla.
Ha llegado la hora de sentir la patria y a Duarte en el corazón. l
