Alianzas y matemáticas

Se dice que en política, contrario a las matemáticas, dos más dos no siempre es cuatro. Esto se olvida, o se quiere olvidar, cuando se habla de alianzas electorales y se pretende vaticinar el impacto de esos acuerdos con una visión puramente aritméti

Se dice que en política, contrario a las matemáticas, dos más dos no siempre es cuatro. Esto se olvida, o se quiere olvidar, cuando se habla de alianzas electorales y se pretende vaticinar el impacto de esos acuerdos con una visión puramente aritmética. Y resulta que no es así. Un acuerdo entre dos partidos políticos no es la simple suma de los votos que cada uno podría sacar de manera individual. De hecho, en un acuerdo electoral, no solo entra en juego la suma, sino también otras operaciones matemáticas. La resta, la multiplicación y la división también se hacen presentes…

Los factores

En un acuerdo con fines electorales, entran en juego varios factores que pueden determinar los niveles de éxito del convenio. El impacto inicial, positivo o negativo, que puede crear en el electorado es uno de ellos. Otro elemento a tomar en cuenta es la cuota de sacrificio que a veces se impone a los miembros de los partidos involucrados en la alianza, sobre todo cuando se trata de fuerzas políticas importantes, donde las aspiraciones abundan. La alianza rosada, por ejemplo, no tuvo los resultados esperados por sus promotores, entre otras cosas, por la gran cantidad de sacrificados, muchos de los cuales abandonaron el barco y se montaron en otro. En ese caso, la sal salió más cara que el chivo…

La excepción

Uno de los pocos casos en que la unión de dos partidos produjo una cantidad de votos casi idéntica a la suma de las dos organizaciones aliadas fue el Frente Patriótico, en el 1996. Las matemáticas, como pronosticó Joaquín Balaguer, no se equivocaron. La diferencia: ahí nadie tuvo que sacrificar nada. Fue un acuerdo incondicional, fundamentalmente para cerrar el paso a un enemigo común.

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