Cuando el presidente Danilo Medina designó al general Juan Gerónimo Brown Pérez como director de la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) entendimos que el problema del tránsito en nuestro país iba a ser enfrentado con firmeza e inteligencia y así articular soluciones precisas, viables y justas. El general Brown es un joven oficial preparado, con visión y actualización, conocedor de la realidad y sobre todo, con la firmeza y valentía necesarias para lograr la transformación histórica que necesita el tránsito en la nación dominicana.
Sin embargo, la realidad del tránsito y las violaciones a todas las normas y leyes presentan en nuestro país un carácter muy especial. Y es el hecho de que entre los principales violadores de las normas están los propios funcionarios, militares y policías, los cuales están llamados a ser quienes garanticen el respeto al orden. Gran parte de los vehículos oficiales transitan sin placas o sin papeles, muchos policías y militares manejan sin licencia o con ellas vencidas, decenas de policías y militares andan en motores que no tienen ni placa, ni seguro, ni casco protector. Y cuando esos funcionarios civiles o militares son detenidos por un agente de Amet, se burlan de la ley y si ese agente quiere sancionarle, entonces abusan de su autoridad y amenazan con sacarlo de las filas militares o policiales.
Hacía falta que de parte del propio Poder Ejecutivo se demostrara una actitud firme y decidida a enfrentar la irresponsabilidad de los funcionarios y autoridades civiles y militares que dan el mal ejemplo violando las normas del tránsito.
Por ello considero que la declaración dada esta semana por el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, a propósito de esta situación, tiene una significación de alcance histórico y es la pieza del ajedrez que le hacía falta al general Brown Pérez para completar el rompecabezas del inicio de la solución.
El ministro Montalvo expresó con firmeza en un comunicado emitido esta semana que “la Amet tiene instrucciones de detener cualquier vehículo oficial que viole las leyes de tránsito”.
Asimismo, dijo que ‘‘todos los funcionarios y empleados de la administración pública, sin importar el rango que ostenten, incluyendo las autoridades policiales y militares, deben ser los primeros en cumplir las leyes’’.
Y para evitar toda duda, el ministro Montalvo precisó que “las leyes tienen carácter de obligatoriedad para todos los ciudadanos y nosotros los funcionarios gubernamentales como servidores públicos, por razones obvias, somos los indicados para dar el ejemplo”.
Esa declaración de Gustavo Montalvo, que evidentemente se hace con el aval del presidente Danilo Medina, es una muestra de gran responsabilidad en el ejercicio de un gobierno ético y moral, tal y como prometió el presidente en campaña. Y es la pieza clave para que el General Brown Pérez tome el control de la situación y empiece a hacer que impere el respeto y orden en el tránsito empezando porque las autoridades cumplan con las leyes, pues son ellas quienes están llamadas a enseñar con el ejemplo. ¡Manos a la obra!
