Ante la pérdida de un ser querido, es bueno hablar con los niños lo antes posible, una vez pasadas las primeras horas de confusión y dramatismo, usando palabras sencillas y sinceras.El concepto de muerte es abstracto y complejo, de ahí que la forma de abordarlo y comprenderlo dependa de aspectos tales como la edad, la socio cultura, el nivel de desarrollo evolutivo, la educación, la religión, etc. Además de los aspectos emocionales que se encuentran involucrados, no sólo en los niños y adolescentes, sino en los propios adultos.
Los estudiosos de la conducta infantil, han manifestado que los niños por debajo de los tres años, aunque su expresión conductual del duelo no sea tan florida como en otras edades, sufren un impacto emocional ante la pérdida de un ser querido (sobre todo de la madre o del padre) verdaderamente grande, y sus repercusiones en la vida futura son impredecibles.
Acompañar a un niño en duelo significa ante todo no apartarle de la realidad que se está viviendo, con el pretexto de ahorrarle sufrimiento. Incluso los niños más pequeños, son sensibles a la reacción y el llanto de los adultos, a los cambios en la rutina de la casa, a la ausencia de contacto físico con la persona fallecida…es decir, se dan cuenta que algo pasa y les afecta.
Las sicólogas Roxana González y Kaly Báez durante la conferencia “¿Cómo le hablo a un niño de duelo?”, auspiciada por la funeraria Blandino, dijeron que, sea cual fuera la edad del pequeño debe manifestar sus sentimientos con franqueza en procura de consuelo.
En lo que respecta a infantes y adolescentes, las profesionales de la sicología entienden que lo recomendable es expresar y no ocultar sus penas y aflicciones.
Kaly Báez indicó, al hablar sobre el deceso o simplemente comunicarlo, que hay que tomar en cuenta la edad del niño o adolescente. Dijo que entre 3 y 5 años de edad es preferible buscar el ambiente apropiado, sin nunca ocultárselo.
“Una de las cosas que debemos hacer en esta situación es no dar al pequeño informaciones de más y los detalles crudos como fotofrafías. Tampoco debemos involucrar fantasía ni recoger las cosas del fenecido de manera repentinamente”, dijeron las expertas.
Hay que tomar en cuenta la edad del pequeño
Roxana González consideró que no es prudente expresar a los niños de 5 a 9 años detalles como la causa de muerte de su pariente ni darle atribuciones que rebasen la naturaleza de sus edades y recomendó consultar al niño o adolecente afectado sobre si desean asistir al funeral de su ser querido. Insistió en la necesidad de no ocultar mas a los pequeños determinadas respuestas e inquietudes cuyo enigma o desconocimiento puedan lacerar aún más su dolor.