En su discurso de toma de posesión, el presidente Danilo Medina se comprometió a entregar lo mejor de sí mismo para viabilizar el bienestar del pueblo dominicano, con ello concretizar el sueño compartido por todos, alcanzar la mayor grandeza para nuestra Patria.En ese contexto, el Presidente prometió a los dominicanos y dominicanas que viven en el extranjero que velaría por sus necesidades. Ese compromiso asumido por el presidente Medina se tradujo más adelante en la creación del proyecto de ley que crea el Instituto de los Dominicanos en el Exterior (Index), ya aprobado por la Cámara de Diputados y pendiente de sanción en el Senado.
El Index se proyecta de gran valor para la comunidad dominicana en el exterior, porque fungirá como el canal ideal para brindar asistencia, protección y atención a nuestra diáspora, que un día abandonó su tierra con equipajes cargados de sueños y esperanzas.
Me considero una mujer apasionada y comprometida con la carrera diplomática y el servicio exterior de mi país. Y es lo que me impulsa a apoyar sin reservas este interesante proyecto. Por esta razón, quiero compartir algunas reflexiones en torno a los propósitos básicos del Index, en el estricto ámbito de su aplicabilidad.
Entiendo que es importante detectar, de forma focalizada, necesidades puntuales de nuestros connacionales diseminados por diversos países. Es decir, ver cada caso de forma particular, porque la situación de quienes viven en Estados Unidos no necesariamente es la misma de los que residen en Europa.
De esta manera, el Index deberá promover estrategias, integrar programas, recoger propuestas y recomendaciones de las comunidades, organizaciones y órganos consultivos. Esto, con miras a fortalecer sus vínculos con el país y fomentar su integración en las sociedades donde residen.
El Index tiene que enfocarse en la gente más desprotegida, pero también respaldar a quienes se han convertido en empresarios. Aquí, hablo de esos dominicanos con negocios propios que a su vez generan empleos para sus compatriotas, lo que es muy común en Estados Unidos, principal país receptor de inmigrantes dominicanos.
De lo que se trata es de lograr una relación armoniosa y productiva con esos empresarios dominicanos, quienes a través de la creación de puestos de trabajo contribuyen al progreso de sus compatriotas.
Es menester aplicar estrategias para proyectar la imagen de que el dominicano es gente dedicada y honesta, y que tiene como meta avanzar hacia mejores condiciones de vida sobre la base del trabajo digno y fecundo.
Igualmente, las personas, sobre todo niños y jóvenes en situación ilegal, deben ser protegidos del riesgo de deportación. El Estado dominicano debe ser parte activa, para ayudar en el proceso de legalización que permita a los indocumentados dominicanos regularizar su estatus migratorio.
Es importante que haya buena política de comunicación, para dar a conocer los planes, misión y visión del Index en el corto, mediano y largo plazo. Es elemental que los dominicanos en el extranjero y los países donde residen sepan que existe esta entidad, y que desde sus oficinas serán orientados respecto a los programas que pretende desarrollar para su beneficio.
Hay que reactivar los programas de liderazgo, educación, tecnología, negocios y sobre todo promover el amor a República Dominicana, para que los dominicanos en el extranjero conserven sus costumbres, tradiciones, idioma y sus raíces.
Juntos podemos generar crecimiento y bienestar para los dominicanos en el exterior. Juntos podemos idear otros mecanismos de asistencia para nuestros compatriotas, con el más sano interés de velar por su prosperidad y seguridad.
Como nación solidaria, podemos promover un trato decoroso para los dominicanos en el exterior. Estoy segura de que este loable proyecto impulsado por el presidente Danilo Medina será contado entre sus grandes logros como gobernante. Optimistas estamos, señor Presidente.
