Además de las hermanas Crismeri Guerrero y Erika de la Cruz Rijo, dos personas más están presas por el presunto asesinato de la empresa higueyana Wilma Teresa Martínez Barrientos, revelaron autoridades del Ministerio Público.
El fiscal a cargo del caso, Justo Núñez, dijo que apresaron hoy a dos hombres por su participación en el hecho de sangre y que mañana mismo pedirán medidas de coerción en su contra.
Los detenidos son Ramón Sabino Romano, de 41 años, y Porfirio Báez, alias el Amarillo, a este último se le acusa, dijo el fiscal Núñez, de haber acudido junto a Crismeri Guerrero a prender fuego al cadáver de la empresaria al otro día de haberla decapitado.
“Porfirio Báez, luego que la nombrada Crismeri Gerrero tiró el cadáver por ahí, por la orilla de la carretera, este al otro día fue al lugar con ella y le prendieron fuego al cadáver”, explicó al ser entrevistado vía telefónica en el programa Huchi Lora, de CDN 92.5.
El otro detenido, Ramón Sabino Romano, fue quien alegadamente cortó el cuello a la malograda mujer de 27 años, reveló el fiscal de La Altagracia, Lucas Evangelíta, quien también se refirió al caso a través del mismo programa.
La mujer había desaparecido desde el 8 de julio pasado y sus familiares presumían que estaba secuestrada hasta ayer que la Policía informó que Crismeri Guerrero había confesado el asesinato de la misma, al igual que su participación en el hecho. Posteriormente condujo a los investigadores al lugar donde habían lanzado el cadáver, tras su secuestro y decapitamiento. El hallazgo de una osamenta sin cabeza se produjo en el kilómetro 5 de la carretera Miches-El Seibo. 50 metros más lejos, al otro día, fue hallado un cráneo.
Crismeri Guerrero siempre fue la principal sospechosa de la desaparición de de Wilma Teresa, debido a que alegadamente salió con ella el último día que se le vio y posteriormente se determinó que usó la tarjeta de crédito de la víctima, motivo por el que le dictaron prisión preventiva de tres meses.
Sandra Guzmán
