La querella interpuesta por la Juez de Instrucción, licenciada Margarita Cristo Cristo, en contra de la fiscal del Distrito Nacional, licenciada Yeni Berenice Reynoso, ha sido archivada.
La juez acusó a la fiscal de ultraje. El procurador general de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, doctor José Sepúlveda archivo la querella basado “… en el artículo 281-6 del Código Procesal Penal, y precisa en su decisión que los hechos cometidos no constituyen una infracción penal”, informa la prensa.
Independientemente de la actividad procesal que podría desprenderse de este archivo, lo importante aquí es que se nos trunca la posibilidad de saber la verdad de las imputaciones realizadas por la fiscal a la juez.
Sin embargo, era evidente lo que venía. Suele decirse que entre bomberos no se pisan las mangueras. En cierta forma, con la debida distancia, lo mismo sucede cuando un juez es recusado, la corte correspondiente –casi- siempre rechaza la misma.
El problema con el archivo de esta querella es dejar sin investigar unos hechos, denunciados por la licenciada Berenice, que presentan el lado pestilente de nuestra justicia penal.
Incluso podría ser el inicio de una profunda limpieza judicial, de ser cierto lo denunciado por la fiscal. O, por otro lado, el proceso serviría para empezar a poner límites a los fiscales en sus declaraciones en contra de jueces, si la fiscal no puede probar sus imputaciones. Además, al privarnos de esa posibilidad, la Procuraduría de la Corte de Apelación del Distrito Nacional envía una equivocada señal, ya que parece querer proteger con esta decisión a la fiscal del Distrito Nacional.
Para la juez de la Instrucción Cristo Cristo, el problema es que nadie le repondrá la afectación que ella, con todo el derecho, considera ha sufrido su buen nombre. También, este archivo, deja cancha abierta a los fiscales a decir lo que quieran de los jueces, sin temor a un proceso. Jueces que, no está demás decirlo, normalmente les dan todo a los fiscales.
La fiscal del Distrito Nacional, de su lado, hasta podría continuar afirmando libremente que mantiene lo dicho, y que no estaba bajo su dominio el archivo de la querella. Más aún, que ella no teme al pleito y cosas por ese estilo. Y, técnicamente, tendría razón. Aunque lo recomendable fuera que evite tocar otra vez el tema.
Ahora, casi concluido este punto, quisiéramos ver a la titular de la fiscalía del Distrito Nacional actuar ahora, con el rigor que merecen, en contra de los que la han presionado en favor del ingeniero Díaz Rúa, incluso capaces de ir a su despacho en esa tarea, siempre según sus declaraciones públicas.
Esto no debe quedar así, es gravísimo. El país merece conocer quiénes presionan el normal desenvolvimiento de las labores de la fiscalía del Distrito Nacional. Y que estos reciban su debida sanción, aunque sea moral.
Ojalá y la fiscal no “baraje ese pleito”. El país se lo agradecerá, y allí nos tendrá a todos de su lado. Esperemos… l
