Arnaiz

Monseñor Francisco José Arnaiz vino al país en 1961 para quedarse. Antes había servido a la Compañía de Jesús, de la Iglesia Católica, en Puerto Rico y Cuba, pero fue en República Dominicana donde cumplió su misión humana, religiosa, educadora,

Monseñor Francisco José Arnaiz vino al país en 1961 para quedarse. Antes había servido a la Compañía de Jesús, de la Iglesia Católica, en Puerto Rico y Cuba, pero fue en República Dominicana donde cumplió su misión humana, religiosa, educadora, intelectual, de desarrollo humano y social.

Hijo de España, de Bilbao, sin olvidar sus raíces, se sembró en la tierra que lo acaba de ver morir, después de una dilatada hoja de servicio a varias generaciones.

Era una eminencia. Por mucho tiempo, el cerebro principal, la mayor inteligencia profunda de la Iglesia. Tranquilo, trabajador hasta morir, dejaba una enseñanza donde compartía. En su labor cotidiana, en el diálogo casual, en el coloquio en que solía convertir las entrevistas que concedía a los medios… Era una biblia andante, no sólo en los valores de la fe, en el más amplio y profundo sentido de la vida. Una hoja abierta para el conocimiento humano, un remanso de paz y sabiduría. Un verdadero goce del espíritu tratarlo, y especialmente, un disfrute conocerlo, aunque fuese en el primer nivel de la superficie de su humanidad.
En fin, se ha ido un ser extraordinario.

Como para no olvidarlo, vamos a compartir algunas informaciones sobre Arnaiz. Se licenció en Humanidades y en Filosofía; se doctoró en Teología, Psicología, Psiquiatría y Espiritualidad Ignaciana. Y en sabiduría se graduó en su largo peregrinar, desde 1941, cuando se incorporó a su orden religiosa.

Esa consistente formación explica sus grandes contribuciones, como promotor social en el desarrollo de una conciencia crítica a una buena generación de líderes sindicales y agrarios criollos, desde el Centro de Formación y Acción Agraria (CEFASA), de orientación cristiana. Como académico, sus aportes abarcan una amplia gama. Como pensador y filósofo, elevó la literatura de la Iglesia Católica dominicana y global.

Para que nuestros lectores valoren en mejor dimensión quién fue Arnaiz en la vida de los dominicanos, recomendamos la breve biografía de José Chez Checo.
Hoy, simplemente, expresamos nuestra solidaridad con la Iglesia y a todos aquellos que tanto lo quisieron.
Paz a sus restos. l

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