Arregla día

Como sepulturera de esperanzas de que en nuestra vida pública alguna vez brillen la transparencia y la institucionalidad, doña Licelotte Marte de Barrios nos dañó el día. Le hubiera puesto nombres y apellidos a las “distracciones” de que…

Como sepulturera de esperanzas de que en nuestra vida pública alguna vez brillen la transparencia y la institucionalidad, doña Licelotte Marte de Barrios nos dañó el día. Le hubiera puesto nombres y apellidos a las “distracciones” de que habló y se hace parte de las especiales personas que eligen diariamente contribuir a “arreglar” el día a otras, con simples maneras. Cultivando comportamientos que no les significan esfuerzo, contribuyen a elevar la calidad de la interacción interpersonal: sonríen a quien no sonríe; contienen la agresividad verbal; evitan los chismes negativos; regalan calma y tolerancia. “Arreglándoles” el día a amigos, compañeros de labor o hasta a desconocidos, automáticamente nos los “arreglamos” a nosotros también.

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