¡Aún no se lee en la Biblioteca!

Con sus paredes de mármol, pisos alfombrados, un potente aire acondicionado y un edificio inteligente, la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez…

Con sus paredes de mármol, pisos alfombrados, un potente aire acondicionado y un edificio inteligente, la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña (BNPHU) que por varios años estuvo sin funcionar ahora puede presumir de lujosa.  
El pasado 6 de agosto, y luego de una amplia remodelación, la institución abrió sus puertas a medias. La inauguración del edificio, ubicado en la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, se limitó a un acto protocolar. Hoy, a poco más de dos meses de ese evento, la Biblioteca Nacional aún no ofrece servicios a los ciudadanos.

La inversión para la nueva infraestructura superó los mil 200 millones de pesos y pasó de tener 11 mil metros cuadrados a casi 25 mil, pero todavía le faltan “detalles del tipo físico”, asegura el director de la BNPHU, Diómedes Núñez Polanco.  

En cuanto a esos “detalles físicos”, la obra parece estar lista. Sin embargo, en un paseo por sus instalaciones es notable que el material bibliográfico no se halla en los espacios destinados para guardarlos. Actualmente una buena parte de las obras están en el sótano del edificio y en un depósito, en Haina.  Entre libros, revistas, periódicos y cartas la entidad guarda al menos 350 mil documentos.

La Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña (BNPHU) prevé abrir sus puertas al ciudadano en el marco de los primeros 100 días de gobierno del presidente Danilo Medina, antes del 16 de noviembre, para ser más específicos.

Vale recordar que durante más de 30 años la Biblioteca Nacional intentó ser el refugio del patrimonio bibliográfico nacional y a su vez funcionaba como biblioteca pública al servicio de la ciudadanía. En tanto tiempo, esta labor compartida corroía la institución sin que se pudiera dedicar per se a una u otra tarea, de hecho, las diferencias entre ambas bibliotecas están bien marcadas: las públicas tienen una audiencia variada (desde profesionales y estudiantes hasta discapacitados y niños), ofrece servicios de prestación de material de los más diversos temas, tienen áreas especializadas para los usuarios, inicialmente fueron creadas para atender a las clases sociales más desfavorecidas y cumplen con informar a la comunidad. La Nacional es más celosa con su contenido y ofrece, sobre todo a investigadores e intelectuales, consultas sobre temas muy específicos como la dominicanidad, con materiales de autores dominicanos o extranjeros que se refieran al país, en el caso particular de la BNPHU.

Ahora, la nueva edificación aloja dos bibliotecas y, por consiguiente, se manejarán de manera independiente, por un lado la BNP HU y, por el otro, la recién creada Biblioteca Pública Metropolitana Salomé Ureña. Esta última es la cabeza de la Red Piloto de Bibliotecas Públicas compuesta por 14 bibliotecas distribuidas en el territorio nacional.

Tecnología

La seguridad dentro de la infraestructura, su sistema eléctrico, el acceso a la institución y todo lo demás, en cuanto a funcionamiento, es manejado por computadoras. Por eso se dice que la remodelada Biblioteca Nacional es un edificio inteligente.  La institución contará, según explicó su director, Diómedes Núñez, con cerca de 500 computadoras, tanto para el público como para el área administrativa con Internet inalámbrico. Tiene programado usar el software Aleph 500 que utilizan las bibliotecas más prestigiosas del mundo y lanzará próximamente un portal web, “de modo que por primera vez un portal está vinculado directamente con lo que ofrece la biblioteca, es decir, su catálogo”, señala Núñez Polanco, que por más de 10 años ha estado a la cabeza de la institución. El portal, aún sin fecha para lanzarse, tendrá también comunidades virtuales.

La biblioteca ahora

¿Qué se está haciendo en las instalaciones de la BNPHU si no está abierta para el público? “Está preparándose con todo su personal para abrir en el marco de los 100 días de gobierno de Danilo Medina”, apunta Núñez Polanco al referirse a la capacitación que han recibido los empleados. La parte administrativa sigue laborando desde las 8:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde.

Algunas funciones siguieron ejecutándose en los años en que los servicios de la Biblioteca Nacional fueron suspendidos para su remodelación que, dicho sea de paso, tomó al menos cinco años.

Siguieron operando la Oficina Nacional de Depósito Legal y las agencias dominicanas del International Standard Book Number (ISBN) e International Standard Serial Number (ISSN), que son las numeraciones distintivas a nivel mundial que se les otorga a los libros y periódicos, respectivamente.

La Biblioteca Nacional no solo reúne la producción intelectual del país para preservarla y difundirla. El lugar, junto con la Biblioteca Pública Metropolitana Salomé Ureña, pretende convertirse en un punto de encuentro para debates intelectuales y actividades culturales. Es por ello que además de áreas de lectura, cuenta con una librería, la sala de conferencias Aída Cartagena Portalatín, una cafetería- restaurante, un espacio destinado a ciegos y un hermoso auditorio de 400 butacas que lleva el nombre de Juan Bosch.

Algunos retos para el futuro inmediato

La infraestructura de la BNPHU tiene cuatro niveles y un sótano. Es un reto para las autoridades la adquisición de material, lo cual no acabará en al menos dos décadas, para llenar su capacidad de almacenamiento. “Nos hace falta materiales dominicanos… nuestra meta es ir acumulando libros dominicanos y universales, pero es un proceso, según Núñez Polanco, que irán cumpliendo en forma cronológica hasta completarlo.

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