Austeridad y ajuste fiscal no son sinónimos

En la reunión del Consejo de Ministros celebrada el pasado lunes, se dieron a conocer los lineamientos generales del Presupuesto para el año…

En la reunión del Consejo de Ministros celebrada el pasado lunes, se dieron a conocer los lineamientos generales del Presupuesto para el año 2013. Una reducción de RD$41,545 millones en el gasto total del Gobierno (excluyendo amortización de deuda) con relación al año 2012. Con una inflación promedio de 5% en el 2013, el recorte del gasto en términos reales sería de 13%.  Bajaría de 21.1% del PIB en el 2012 a 17.8% en el 2013, un recorte de 3.3% del PIB.

Es importante resaltar que dentro del gasto presupuestado para el 2013 se incluye un aumento considerable de la inversión en educación pre-universitaria, lo que encubre el verdadero esfuerzo fiscal que tendrá lugar en el 2013. Si eliminamos del gasto la inversión en educación pre-universitaria en los años 2012 y 2013, se advierte que el gasto en todo lo demás se reduciría de RD$435,369 millones en el 2012 a RD$343,774 millones en el 2013, una caída de RD$91,595 millones (21%). Ajustando por la inflación del 2013, el recorte real sería de 25%. Como porcentaje del PIB, caería de 18.9% en el 2012 a 13.8% en el 2013, una baja de 5.1% del PIB.

La contracción del gasto total, cuando se combina con el 1.5% del PIB de ingresos adicionales que produciría la reciente reforma tributaria, genera una reducción sustancial en el déficit fiscal. De un nivel de 7.3% del PIB que se proyecta en el 2012 (6.2% si eliminamos gastos de capital asentados en el 2012 pero realizados en el 2011) bajaría a 2.7% del PIB en el 2013. Un recorte de 4.6% del PIB.

En mi artículo anterior sugerí un déficit de 3.4% del PIB para el 2013. Implicaba un ajuste fuerte, pero menos intenso que el 2.7% anunciado por el Gobierno.
Echando un vistazo alrededor del mundo para ver la magnitud de los ajustes fiscales en los últimos cinco años, no encontramos muchos casos de ajustes de un año a otro,  de tanta magnitud como el que realizará la administración del presidente Medina.

Es verdad que Irlanda en el 2011 logró reducir su déficit en 17.5% del PIB, pero es que partía de un déficit de 30.9% del PIB en el 2010, para una reducción relativa de 57%. Nueva Zelandia lo mismo. Lo redujo en 6% del PIB en el 2011, pero partía de un déficit de 13.9% en el 2010, para una reducción relativa de 43%. Islandia y Portugal, que redujeron también sus déficits en 5.7% y 5.6% del PIB respectivamente, partían de déficit de 10.1% y 9.8%, para reducciones relativas de 56% y 57%.

Comparando con los ajustes fiscales recientes en la región, se percibe que el ajuste fiscal dominicano en el 2013 sería el más intenso de los últimos cinco años.  En el 2010, Jamaica redujo el déficit fiscal en 4.7% del PIB, pero es que el año anterior había operado con un déficit 11.0% del PIB. La reducción relativa fue de 43%.  En nuestro caso, la reducción sería de un 63%, al recortar 4.6% del PIB de un déficit de 7.3% en el 2012.

El Gobierno del presidente Medina ha escuchado a quienes entienden que austeridad y ajuste fiscal son sinónimos, exigen al Gobierno que reduzca o elimine, si fuese posible, el déficit fiscal. Bueno, pues ahí lo tenemos. Un recorte sin precedentes en los últimos años, aquí, en la región, y en el mundo.
Quienes  han hecho este reclamo deberían ahora entender que cuando los ajustes fiscales son tan intensos como el que se persigue ejecutar, no se puede esperar un comportamiento muy dinámico de la economía. Si ese ajuste se ejecuta y la economía mundial no se dinamiza, debemos prepararnos para un crecimiento más lento y todo lo que eso acarrea: menos oportunidades de empleos y generación de ingresos. A no ser que los “animal spirits” de los consumidores e inversionistas privados nos sorprendan saliendo de sus escondites.

Dos aclaraciones finales son necesarias. El hecho de que el Gobierno presupueste un aporte de US$800 millones al sector eléctrico en el 2013, no quiere decir que el déficit de ese sector será ese.  Eso podría ocurrir si el precio del petróleo cae considerablemente, o si se eleva el racionamiento del servicio,  o si se ajusta la tarifa, o una combinación de los anteriores. Si nada de eso ocurre, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) probablemente tendría que buscar un financiamiento, posiblemente local, por unos US$400 millones para cubrir la parte del déficit no cubierta por el Gobierno. El déficit de la CDEEE sería mayor, aumentando el déficit del resto del sector público no financiero.

Finalmente, es incorrecto plantear que el déficit fiscal se reducirá de 8.5% del PIB a 2.7% en el 2013. Una cosa es el déficit fiscal y otra el del sector público consolidado. El 8.5% se refiere al déficit del sector público consolidado proyectado para el 2012. En el 2013, si finalmente el déficit fiscal termina en 2.7% del PIB, el déficit del sector público consolidado -que incluye el déficit cuasi-fiscal del Banco Central y el del resto del sector público no financiero-, terminaría en 4.7% del PIB.

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