La viril y firme intervención del presidente Danilo Medina ante la Cumbre de la CELAC que concluyó ayer en La Habana, Cuba, no tuvo desperdicios. Los que conocen y han tratado al mandatario saben que ese es Danilo. Al jueguito ese de estar buscando censuras y condenas para República Dominicana en foros internacionales bajo el pretexto de alegadas violaciones a los derechos humanos y de supuesto intento por desnacionalizar a los extranjeros que viven ilegalmente en nuestro país y se resisten a regularizar su estatus migratorio ya había que ponerle freno con firmeza y energía, además del irrenunciable apego a nuestra soberanía que ha de implicar la responsabilidad del Estado al hacer valer la Constitución y las leyes. El Titán de Bronce fue bastante claro en esbozar la postura de su gobierno, del gobierno de todos los dominicanos, en defensa de sus prerrogativas. ¡Biiieeen por el Presidente…!
Intervenciones
El magistrado Alejandro Moscoso Segarra pondrá en circulación un libro bastante interesante que trata sobre las intervenciones telefónicas en el país. El exfiscal del Distrito Nacional y ahora juez de la Suprema Corte de Justicia pone muchos puntos sobre las íes en la obra, que debería ser leída y releída por todos, no solamente por la riqueza de sus informaciones y revelaciones, sino también porque el autor se adhiere credibilidad en la materia por el ejercicio de funciones delicadas en las que, necesariamente, hubo de estar actualizado permanentemente sobre el tema. Ahí sí que hay…
Remeneo, remeneos
En  ciertas instancias gubernamentales se está a la espera de un remeneo que podría hacer caer de sus altares a unos cuantos santos que no son tan santos como se pintan. Desde los de Servicios Generales hasta en el(os) mismo(s) Despacho(s) del(os) titular(es) de esa(s) institución(es) hay una tensa y expectante espera. Que no se mueva nadie todavía…

Al pedirles excusas por la barbaridad del Tribunal “Constitucional” y prometerles a los dominicanos descendientes de haitianos hacer algo por restituirle su derecho a la nacionalidad dominicana; y al aludir, aunque sea sutilmente, la violación del principio de la no retroactividad de la ley en tan monstruosa e inhumana decisión, el Presidente Danilo Medina ofrece una respuesta decorosa al país y manda un mensaje claro al mundo que mira hacia acá con vergüenza, pena y rabia, de que él es el Jefe de este Estado, y no Milton Ray Guevara ni quien lo puso ahí a su gusto y conveniencia.