Como nunca ando con rodeos, mucho menos escondo lo que pienso, les digo a los lectores de Cuadrilatero que en el esperado combate de este sábado que protagonizarán Manny Pacquiao y Timothy Bradley, tengo mi favorito.
Quien se considere analista y orientador de la fanaticada del boxeo, debe exponer su criterio sin medias tintas.
Hace muchos años en la prensa deportiva prácticamente no había opinión. Más claro: No se hacía un periodismo (deportivo) crítico.
Se hacía un periodismo conservador, simplista, sólo informativo y hasta complaciente.
Desde que me inicié en la prensa especializada en deportes abogué – y lo cumplí en la práctica- por un periodismo deportivo de avanzada, responsable y apegado a los principios que deben imperar en el periodismo profesional.
Ahora, sin divagar, voy de lleno a la pelea que Pacquiao y Bradley realizarán en Las Vegas por el cetro welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
El pasado martes, en un análisis publicado en este diario, expuse varias de las razones por las cuales Pacquiao debe ser el ganador ante Bradley.
Buen técnico y veloz, pero…
Tengo un criterio categórico respecto a la tan esperada pelea del próximo sábado por el cinturón omebeísta de las 147 libras.
Quizás, como lo expuse en la víspera del combate del pasado cinco de mayo que realizaron Miguel Cotto y Floyd Mayweather, para el pleito de este sábado sea un “riesgo” dar un vaticinio categórico.
En mi análisis sobre Mayweather-Cotto escribí que el boricua no tenía posibilidades de vencer al estadounidense… que sólo un milagro del boxeo lo salvaría. El milagro no llegó. Es verdad que Bradley es un fino boxeador, incluso invicto en el boxeo de paga, pero, ¡no podrá con Pacquiao!
El peleador estadounidense, es un eficiente monarca welter junior, de reconocida capacidad, pero no podrá con el filipino.
Bradley, pese a su velocidad de manos y piernas, no podrá con Pacquiao. Seguiré con el tema el viernes.
