Brasil, no da risa

La vacuna contra la rabia me sirve; pero no puedo evitar el dolor de ciudadano latinoamericano. He seguido el proceso de Brasil en el que se ha destituido a Dilma Rousseff desconociéndose el voto popular de 54 millones de brasileños que legitimizaron&#8

La vacuna contra la rabia me sirve; pero no puedo evitar el dolor de ciudadano latinoamericano. He seguido el proceso de Brasil en el que se ha destituido a Dilma Rousseff desconociéndose el voto popular de 54 millones de brasileños que legitimizaron su gobierno por la vía democrática y civilizada.Es imposible no pensar en el golpe a Bosch en 1963 y a Allende en Chile en 1973. Los tres fueron víctimas de la arrogancia y de la manipulación de quienes no aceptan su legítima derrota. El marco de la Democracia debe implicar aceptar la derrota y tolerar que quien haya ganado asuma y desarrolle su política programática para lo que fue elegido. Pero no, y nadie como Marx, el olvidado, nos puede explicar todo esto.

¿Para qué sirve la ONU? Las cosas tienen que ser O Nu O Na.

En el pasado, 10 o 20 años atrás, estos golpes de Estado se hacían por la fuerza usando a los generales militares, gorilas, algo injusto e insultante para el animal. Militares repletos de ridículas medallas, inmorales disfrazados de guerra, analfabetos autoritarios, criminales con licencia para destruir, repugnantes personajes prestos a sembrar el terror.

Hoy el “gorilismo” se hace diferente mediante los grupos de poder económicos alineados con los Estados Unidos de América con supuestos mecanismos legislativos y muchas primeras planas en los medios que poseen. El caso más reciente antes de Dilma fue la difamación en escala a Cristina presentando a Macri como un gran ganador. Asombrosamente el argentino perdió su brújula y llevándose de esa prensa creyó que Macri estaba arriba y votó contra Scioli, el candidato del peronismo kirchnerista. Más pelotudez no se quiere. ¡Qué lo parió!
En Brasil no hay un solo hecho que justifique la condena y salida de la presidente. No es un Golpe misógino, ni racista, es un Golpe por el control del poder económico y no se diferencia de los otros.

“Extrañamente “en la República Dominicana no hay un partido que haya condenado el Golpe, aparte de Leonel quien concluye, “pero no lo vuelvan a hacer” cuando lo que va es que todos los gobiernos le retiren sus embajadores y lo aíslen. O ponen a Dilma o no vamos a los juegos olímpicos, sería una buena medida y que armen sus olímpicos con bellugas, petanca, billar, herraduras al clavo y la saliva que suba más alto sobre sus caras.

La izquierda dominicana está metida en un proceso electoral donde acude, como el resto de América latina, de manera fragmentada; pero al mismo tiempo al lado de la oposición sin ser un bloque unido ni un frente y menos una convergencia, la tan cacareada sin huevo.

Es esta posición de oposición lo que le impide manifestarse por Brasil porque otra parte, la más a la diestra del Señor, ha hecho su campaña en la línea de “atacar la corrupción”.

Como al PLD lo han involucrado con Brasil, entonces esto sirve para atacar a su candidato Danilo Medina. Todo lo que sirva para atacar es bueno para la campaña. Y así, a ella, son arrastrados todos los partidos y movimientos de izquierda para hacerle el coro a ese sector político.

La torpeza y cortedad de visión es tan grande que celebraban cuando empezaron a atacar a Lula y más cuando se centró la cosa en el objetivo principal: la destitución de Dilma. Se han hechos los bobos sabiendo que todo tiene que ver con la geopolítica ¿made in China?

Esta destitución legitima un Golpe de Estado, lo que los caricaturistas llamamos golpecito con gorilitas enflusaditos y con corbatita. ¿Qué diferencia hay entre Temer y Pinochet? Que los dos tienen una carita tan simpática…Desde el pusto de vista sicológico, son dos sangrudos, o como se decía antes de Brigitte Bardot: dos care perros.

Todos los programas sociales de Dilma no eran rentables al Gran Capital y menos la ofensiva médica para curar pobres en desmedro de la Medicina Comercial, que te cobra caro y te mata repleto de pastillas inútiles. Claro que ahí también había algo incómodo para el grupo de Temer: los médicos cubanos.

Nada de eso le importa a la izquierda dominicana que se enrumbó hacia la política de franquicias, igualito que un equipo de pelota y pagada por la Junta Central Electoral. Y son justamente estas franquicias las que han determinado que nadie se quiera unir y hasta prefieren hacerlo con la derecha. El jugo de las franquicias es el que determina las nuevas políticas cuando lo correcto sería luchar porque ningún partido reciba subvención del Estado, o sea del pueblo, que eliminaría el despilfarro de miles de millones de pesos para pagar a un ejército de parásitos en un carnaval sin sentido como son las campañas electorales. No, ellos se suman al mismo derroche porque ni siquiera usan ese dinero para educar, sino para lo mismo, pagar el clientelismo que se mueve buscándosela en las movilizaciones, para el pica-pollo del bandereo y la gasolina del camaradita.

Los movimientos (que no partidos) de izquierda no tienen ninguna propuesta electoral, ningún programa propio y diferente a lo ya conocido por el partido en el poder. Tienen caras por quien hay que votar, afiches igual que la derecha. Su política se centra en decir que todo lo que hace el partido en el poder es malo y ya. La propaganda no tiene absolutamente nada de original, no llega a la población. La militancia se la busca para parecerse cada vez más a los partidos tradicionales.

¿Qué impedía que Guillermo Moreno encabezara una gran coalición donde estuviese Minou, Max Puig, Fidel Santana, y todos esos grupitos dispersos y sin Hipólito? Respuesta: la franquicia. Antiguos militantes de izquierda han llegado hasta apoyar públicamente a Abinader para que “esta dictadura” se acabe. ¿Qué parte de la franquicia les toca? Como si el gobierno que haría Abinader no sería exactamente como el de Hipólito o peor.

La izquierda dominicana está asumiendo la misma posición que los trotskistas latinoamericanos que se fueron contra la Bachelet para apoyar la Matheu, contra Chávez para apoyar a Capriles o a López, contra Cristina para subir a Macri, etc. Contra Correa, contra Evo, contra ese bloque que ha buscado relacionarse con los Estados Unidos exigiendo respeto y rechazando su política errada.

No he leído una sola razón contundente y convincente que explique por qué la política del PLD es mala y menos que se hable de que los campesinos y la clase trabajadora deba luchar por un programa mejor que el que tiene el partido en el poder. Se han limitado a decir que todo lo que se hace es corrupción. Si hacen escuelas, es corrupción, si no la hacen mayor. Si hacen autopista, corrupción; lo contrario también. Ningún funcionario ha sido acusado y condenado. Es más fácil vivir del chisme. El sistema político nuestro es corrupto desde antes de Trujillo y hoy no ha cambiado. Ese es el sistema. ¿Hay algún movimiento que ha planteado cambiarlo? No, han planteado “quitar a los corruptos” para ellos administrar la corrupción. Cambiar corruptos por corruptos no cambia nada para el país.

El movimiento de izquierda de cuando Cuca, con todos sus errores, no solo combatía a “mano pelá”, sino que tenía una propuesta: el socialismo del siglo XIX. Frente a la dictadura de Trujillo estaba la propuesta del 14 de Junio. Frente a Balaguer había una propuesta concreta en el programa de Bosch. ¿Cuál es la propuesta alternativa al PLD? No la hay porque hoy la izquierda es parte del sistema y actúan con los mismos esquemas. La franquicia la absorbió. Algunas voces disidentes al gobierno del PLD tienen más resentimientos que denuncia y verdadera crítica por eso no convencen a nadie. El necesario debate político se reduce a chismes personales, a insultos y actitudes “infantiles”. Los críticos politólicos de la diáspora, sin identidad, no pegan una.

La franquicia los empuja a olvidar la lucha de clases para sumarse al sistema con todas sus características, incluyendo la ideológica.

El apoyo a Cuba, el discurso marxista, el análisis revolucionario… ¡to’ se fue al
carajo!

Los que han acusado a Dilma, empezando por Cunha han estado involucrados en actos de corrupción. ¿Es a esos que hay que apoyar en aras de hacerse los graciosos para atacar a Danilo en una coyuntura electoral?

Michel Temer, el temerario, se unió a Dilma porque él solo no hubiese ganado nunca las elecciones. Se unió maliciosamente no para empujar su programa, el del pueblo brasileño; su unión respondió a un plan para sacarla ahora. Ahora es presidente. ¿Quién lo eligió? Eso es lo más cercano a dictadura fruto de un Golpe de Estado, como definición.

El día que Zelaya, presidente de Honduras, se declaró socialista, no duró más que la cucaracha de Bosch en el gobierno.

Para los que creen que Temer es interino, se equivocan. El golpe implica asumir como nuevo dictador y no sorprenden las medidas que ya ha tomado: eliminación del Ministerio de Cultura, ningún negro en el gabinete y cero mujeres.

La debilidad del PT no es solo por los planes y cizañas de Temer, dentro también hubo gran disidencia por apetencias personales como el movimiento que encabezó Marina Silva. Con su carita a lo Lidio de que Cristo viene, llegó hasta a apoyar a Neves, lo mas retrógrado de Brasil.

Me pregunto, ¿por qué ningún gobierno ha condenado el Golpe? Salvo Cuba y Venezuela, el resto no ha dicho esta boca es mía.

Durante el gobierno de Lula, Temer era un chivato de los Estados Unidos según los papeles de Wikileaks.

Dilma es a Bosch como Temer es a Wessin, punto. Simple matemáticas.

José Mercader es caricaturista
de este diario, ciclista y presidente
del PEO (Partido Epizootiológico
Onomatopéyico)

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