Buen consumo

En la publicidad la gente está feliz hasta realizando oficios caseros. No hay motivo para sonreír en trapear o fregar; la sociedad de mercado construye esa y otras ilusiones por asociar el consumo a la felicidad. Personas influenciables, con énfasis&#8

En la publicidad la gente está feliz hasta realizando oficios caseros. No hay motivo para sonreír en trapear o fregar; la sociedad de mercado construye esa y otras ilusiones por asociar el consumo a la felicidad. Personas influenciables, con énfasis en los más jóvenes, pueden ser alienadas por esa cultura y condicionar su alegría a la facultad de consumir. No acceder a bienes, les afectará emocionalmente. “He aprendido a buscar mi felicidad limitando mis deseos en vez de satisfacerlos”, dijo el pensador y economista británico, John Stuart Mill, y así deberíamos todos. Alimentar nuestro espíritu y fortalecerlo contra vanidades. Para contrarrestar ficciones de consumo insostenibles, estar contentos por lo que somos, no por lo que tenemos.

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