¡Buen punto!

Acostumbrados a ver tantas veces la nube que cubre el sol, se nos olvida que, pese a todo, la nube pasa y la luz queda. Tampoco te concentres en los bultos y sombras que momentáneamente nublen tu visión en un golpe de luz. Nada es perfecto, sólo…

Acostumbrados a ver tantas veces la nube que cubre el sol, se nos olvida que, pese a todo, la nube pasa y la luz queda. Tampoco te concentres en los bultos y sombras que momentáneamente nublen tu visión en un golpe de luz. Nada es perfecto, sólo Dios, y en su perfección y misericordia nos permite ver el punto y el contrapunto. De ahí hay que concluir positivamente que las circunstancias como las nubes siempre se van pero las experiencias quedan, el poder de tener la razón se diluye, las relaciones quedan; también puede suceder lo peor, que hasta los que no pensábamos nos dejen, pero ¡Dios queda! 

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