Buena sonrisa

Conocí razones curiosas sobre por qué, sin razón, pudiéramos sentirnos tristes en un momento dado: Un simple fruncido de entrecejo desata tristeza; también el no sonreír. Todo debido a que las expresiones faciales afectan las emociones. Sonreír, al contrario, nos hace sentir felices aun existieran motivos de disgusto. Ambos efectos se confirmaron con un experimento utilizando “Botox”. Personas que vieron reducida la fortaleza de su sonrisa, al inyectárseles ese tratamiento en las arrugas llamadas “patas de gallo”, dos semanas después se sentían más deprimidas, comparadas con las que se les aplicó sólo en la frente. Inducir una buena sonrisa puede ser salvadora herramienta, en medio de la presente desaceleración económica.