Santiago. “Tengo cuatro días que no me estreno, es la hora que no vendo un artículo al primer cliente desde que fuimos desalojados”.Para José Vargas salir de las calles y ser trasladado a la Plaza del Buhonero Lorenzo Vargas, construida por la alcaldía municipal, le ha llevado su negocio al suelo. Entre los 200 vendedores que comenzaron a instalar sus puestos de venta de bisuterías, ropa y comida prácticamente es la misma queja: la falta de compradores.
Vargas explicó a elCaribe que antes vendía diariamente entre 900 y mil 200 pesos, ofertando carteras y correas. Ahora el único cliente que ha visitado la vitrina donde guarda sus productos, lo hizo para preguntar el precio. “Los vendedores pensábamos que solo íbamos a pagar los cien mil pesos por el préstamo para adquirir un módulo, pero ahora nos dicen que debemos dar dinero para agua, luz y hasta vigilancia”, indica Vargas. Sin embargo, la mayor preocupación de los buhoneros es saber cómo van a saldar el préstamo tomado, pues la tasa de interés los llevará a tener que entregar hasta 200 mil pesos a la admistración municipal.
Dinero prestado
José Alejandro Peña tuvo que acudir a donde un amigo a buscar dinero para instalar sus pequeño espacio, en el que vende quinielas y billetes. Ahora no sabe de dónde sacará el dinero debido a que las ventas se han caído de forma estrepitosa. Algunos han pensado retornar a las calles y entregar las vitrinas a la alcaldía.
La plaza del buhonero fue levantada en las antiguas calles Juan Antonio Álix y General Cabrera, con una inversión de 45 millones de pesos, y busca acoger al menos a 300 vendedores informales que por espacio de 25 años ocuparon el Centro Histórico. Vendedores de frutas y vegetales aún permacen en las calles España y 30 de Marzo, ante la imposibilidad de agruparlos. Antonio Castillo, quien preside la Asociación de Buhoneros, informó que los que ocupan las aceras desde la calle 30 de Marzo hasta la España decidieron salir por su cuenta. Posteriormente se retirarán quienes venden en la calle San Luis.
