Miguel Cabrera, del voleibol a ser estelar en las Mayores

Mucho antes de convertirse en el mejor bateador del béisbol, Miguel Cabrera era un apasionado del voleibol en la escuela secundaria.

Mucho antes de convertirse en el mejor bateador del béisbol, Miguel Cabrera era un apasionado del voleibol en la escuela secundaria. La pelota sacó la mejor parte, algo que le produjo un ligero inconveniente en su momento, pero Miguel recuerda gratamente sus años como centro en su natal Maracay, Venezuela.

“Siempre jugué voleibol en la escuela. Me dividía entre el béisbol y el voleibol. Y puedo decir que no era malo, porque fui de la selección y llegamos a ganar torneos. Fue una bonita experiencia”, dice Cabrera desde su suite en el Comerica Park, de Detroit, donde se desempeña como el tercera base de los Tigres.

“Me gustaba el bloqueo. Eso me encantaba. Tenía la estatura y las manos grandes para bloquear bien”, agrega el Jugador Más Valioso de la pasada campaña en la Liga Americana.

Y en la ofensiva, ¿le dabas bien a la pelota? “De vez en cuando”, responde con una sonrisa llena de picardía. “Me gustaba que me colocaran la pelota chiquita para que se sintiera el golpe. Pero mi fuerte era en la defensa”.

Cabrera recuerda que le ofertaron una beca para continuar sus estudios, algo en lo que estuvo de acuerdo, pero luego tuvo que abandonar el deporte de los remates y la malla porque la decisión familiar era moverse en una sola dirección: pelota profesional.  “La profesora se molestó muchísimo porque pensó que seguiría en voleibol. Esa beca estaba encaminada y todo, pero no me quejo de irme a la pelota”, añade.

Cuenta Cabrera que pactó con los entonces Marlins de la Florida por 1.8 millones de dólares, aunque otras organizaciones le ofrecían más dinero. “Mi familia entendía que los Marlins me ofrecían el mejor sistema para crecer y que no me apartara de los valores que ellos habían sembrado en mí. No solo nos fijamos en los detalles económicos”, dice el ganador de la Triple Corona (comandar una liga en promedio de bateo, jonrones y remolcadas) en 2012.

“Además, la plata era buena con los Marlins y el plan era encontrar el mejor camino para seguir mi carrera. Un tío mío, que en paz descanse, pues nos ayudó bastante en ese momento porque él era un veterano del béisbol y aportó su sabiduría”, comenta Cabrera, quien en la infancia recibió su dosis de castigo por escaparse a un río que le quedaba cerca.

“Eso me encantaba, pero ya sabes cuando llegaba a la casa me esperaba tremendo regaño”, dice.

Gusto por lo dominicano

Miguel es un venezolano con tremendo aprecio por la República Dominicana. Tiene buenos amigos dominicanos y si le toca hablar de la comida criolla, tiene con qué escribir un libro.

“Siempre he admirado a peloteros como Manny Ramírez, Vladimir Guerrero y Moisés Alou, para mencionarte unos cuantos de los tantos dominicanos que respeto como jugadores y como personas”, dice el jugador de 30 años de edad.

“Vladimir y yo somos muy cercanos y agradezco los consejos que me ha dado al igual que Moisés. En el equipo tengo a mi hermano (Ramón) Santiago, (Alberto) Alburquerque, (Joaquín) Benoit, (José) Veras y muchos muchachos más que nos llevamos bien”, expone.

Cabrera, quien al inicio de la jornada de anoche encabezaba la Liga Americana en bateo (.345) y estaba empate en remolcadas (137) con Chris Davis, de los Orioles, dice que ha venido varias veces de paseo al país.

“La paso bien. Me encanta su país. Gente buena, amable y que te hacen sentir bien”, señala.

¿Y qué tal la comida? “Me encanta todo lo dominicano. El moro, locrio, sancocho, arroz, habichuela y carne, todo eso me gusta mucho y es lo que se cocina en mi casa”, dice.

De hecho, la cocinera de Cabrera, quien reside oficialmente en Miami, es dominicana. “Tiene que saber hacer arepas porque como venezolano eso lo llevo, pero ella es dominicana. Cocina divino”, dice el gentil jugador.

Cabrera también opina con propiedad de la música dominicana.

“El merengue nos gusta a todos”, dice con una sonrisa extrema, aunque no baila. “Soy zurdo de los pies”, dice al respecto, lo que provocó una risa prolongada de los presentes en la entrevista.

“Pero me gozo la música de ustedes y es contagiosa”, dice el más temido de los bateadores de las Mayores.

Venezuela y sus grandes momentos en voleibol

El voleibol masculino de Venezuela ha tenido momentos brillantes, especialmente en la Liga Mundial.  A nivel de Juegos Olímpicos se ubicó en el puesto 10 en la cita de Pekín 2008.  Con respecto a la Liga Mundial, su primera incursión fue en 1990, pero su mejor lugar lo ocupó en el 2003 cuando obtuvo un tercer lugar en la exigente competencia (lado masculino del Grand Prix de Voleibol femenino).

Desde 1990 a la fecha ha participado en seis ocasiones. En el 2002 se hizo de un cuarto lugar. En los últimos años su presencia ha bajado notablemente y su último registro fue en 2009, cuando cayó en un lejano 16to. lugar.

A nivel continental, Venezuela conquistó el oro de los Juegos Panamericanos Santo Domingo 2003 y se ha llevado ocho medallas de plata y 10 de bronce en el campeonato suramericano de voleibol. (Carlos Sánchez)

152.3
Es el contrato que firmó Cabrera en 2008 con Detroit y que expira al final de la temporada de 2015.

.321
De por vida es el registro del venezolano en sus 11 años en las Grandes Ligas. Debutó en 2003 con los Marlins de la Florida.

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