Santiago. La mafia que opera en la frontera y que se dedica a traer embarazadas haitianas desborda la capacidad de respuesta de las áreas de ginecología y obstetricia del hospital regional José María Cabral y Báez.En el levantamiento que hace el centro de salud, se establece que solo el fin de semana, de 30 mujeres en estado de gestación que ingresaron al hospital, 13 fueron de la vecina nación, una rumana y 15 dominicanas. La media, hasta inicio de este año, era de un 25 por ciento, es decir, 25 de cada cien que ingresaba, pero desde enero a la fecha, esa cifra ha aumentado.
En las investigaciones hechas con pacientes y familiares de las embarazadas extranjeras, se estableció que los que operan las mafias les cobran hasta tres mil pesos para traerlas al Cabral y Báez. Según confirman, estos mafiosos hacen sus operaciones en Restauración y en Dajabón, comunidades fronterizas con Ouanaminthe en Haití.
Desbordamiento
Una mujer haitiana que no quiso ser identificada, conversó con reporteros de el- Caribe y se quejó de la elevada tarifa que cobran para traerlas en ambulancias, debido a las ventajas de utilizar ese medio de transporte, ya que no es detenido en los chequeos. La situación en las áreas de obstetricia y ginecología se complica con los trabajos de reconstrucción del centro hospitalario, lo que ha obligado a readecuar los espacios por su condición de estrechez.
El director de comunicaciones del Cabral y Báez, Johnny Lama, dijo que debido a las complicaciones de salud en que llegan las parturientas haitianas, los costos de tratamiento se elevan hasta cinco mil pesos por persona.
En el caso de una dominicana, el costo es de dos mil pesos. Las autoridades sanitarias reconocen que el problema pone en peligro la capacidad financiera del hospital.
Hospital requiere 30 millones y solo recibe 10
Para poder ofrecer un servicio de calidad, el hospital José María Cabral y Báez debería recibir una subvención mensual de 30 millones, pero hasta el año pasado aún era de diez millones. A esto se suma que con la eliminación de la cuota de recuperación, los empleados nominales cobran con irregularidad y muchas veces duran hasta tres meses para el desembolso.
