La próxima semana el Gobierno otorgará, mediante decreto, 1,425 pensiones de unas 4,011 que les corresponde a ex trabajadores cañeros que trabajaron entre 40 a 50 años en muchos de los ingenios de caña del país.
Así lo anunció este martes el coordinador general de la Unión de Trabajadores Cañeros de los Bateyes, Jesús Núñez, durante una concentración en el Parque Independencia en la que participaron cientos de cañeros que desde hace años han venido reclamando el pago de sus pensiones, tras haber dejado parte de su vida en los cañaverales.
Núñez explicó que el pasado viernes sostuvieron una reunión con la viceministra de la Presidencia, Sandra Severino y representantes de la Dirección de General de Jubilaciones y Pensiones del Ministerio de Hacienda donde acordaron entregar primero las 1425 que estaban tramitadas para seguir depurando y analizando a los demás obreros.
De no cumplir con lo prometido, afirmó, harán una vigilia de nueve días frente al Palacio Nacional como forma de continuar la lucha.
Alrededor de 417 cañeros han muerto esperando ser pensionados por el Estado y fruto de enfermedades contraídas en sus años de trabajo en los campos de caña del país, según el vocero de los trabajadores.
Manifestó que se concentraron en el Parque Independencia porque desde antes de la reunión con Severino, ya estaba programada la protesta. Dijo que por ser tantos cañeros y no contar con los recursos necesarios no pudieron revocar la convocatoria.
“Para aplazar esta actividad había que tener muchos recursos y no tenemos, por eso decidimos venir de todos formas”, dijo.
El vocero de los manifestantes externó su esperanza en que el problema se resolverá, asegurando que esos cañeros apenas pueden caminar, que la mayoría padecen con enfermedades fruto de los años de trabajo y que necesitan esa pensión de 5,017 pesos para poder comprar sus medicinas y poder alimentarse.
“Si el gobierno nos da a nosotros mil pensiones hay que cogerlas, porque no podemos tampoco radicalizarnos, tampoco tenemos los recursos para levantarnos de tal forma”, explicó.
Reclamantes como Giume Fortitise, de 82 años, del batey Guasumita y Octavio Dilu, de 64, perteneciente al batey Enriquillo, han dejado más de la mitad de sus vidas en los ingenios de San Luis, Boca Chica, Guanuma en Monte Plata, San Pedro de Macorís, Villa Altagracia y Sabana Grande de Boyá.